Un silbato no es suficiente contra agresión sexual, opinan tabasqueñas

 
Un silbato no es suficiente para prevenir o combatir la agresión sexual que padecen en el transporte público o en espacios públicos, coincidieron tabasqueñas.

Ante la posibilidad de que la entidad adopte la medida implementada en la Ciudad de México de repartir silbatos para alertar de las agresiones que sufren las féminas y poder brindar ayuda, mujeres entrevistas por Telereportaje opinaron que se necesitan otras medidas mejor dirigidas, ya que todas algunas vez han sido acosadas.

Melisa Castro, una estudiante, compartió que aunque ha sido violentada más de una vez, la que más recuerda es una ocurrida en un Transbus en donde un hombre antes de bajar, le dio una nalgada.

“Me nalgueó un tipo, me quedé parada porque ya no había lugares y pasó y me dio una nalgada, y no es que haya sido sin intención. Me dio y me agarró la nalga. Él ya iba a bajar, pero a quién le dices si no hay alguien que te apoye”, expresó.

La señora Isabel López señaló que en el transporte público es más común que ocurra este tipo de situaciones, ya que justificando que van parados y que ya no hay espacios, hombres aprovechan para acercarse de más a las mujeres.

“En el Transbus a veces viene y te agarra la pompi, te agarran los pechos, meten mano entre las piernas cuando uno va de vestido. Hay hombres que se van restregando entre las niñas de primaria o prepa”, expuso.

Para reeducar a los agresores sería necesario que a las mujeres se las autorice portar aparatos con descargas eléctricas para defenderse, sugirió Isabel López.

“Tanto los guardias como los de gobierno valen para puro cacahuate, lo que están buscando es que nosotras mismas les enseñemos cómo se debe educar. Que nos dieran autorización de traer un arma o un aparato para dar toques y me van a decir si no se van educando poco a poco”, manifestó.

Lo que más padecen las féminas en el transporte público son los “arrimones”, opinó a su vez Delia Gaspar, quien dijo que además de ser víctima, ha sido testigo de cómo otras mujeres también son acosadas.

“En el Transbus una vez un señor, estaba bien lleno, el señor tallándome, una señora me avisó, es demasiado abuso, es falta de educación en la ciudad, no se que está pasando pero cada día estamos peor que antes”, expresó.

De los entrevistados también hay quienes dijeron que no hay seguridad en caminar por las calles, ya que en los cruceros es donde más se exponen por las personas que limpian parabrisas o venden cosas. Otro problema es que no hay seguridad para ponerse vestidos o faldas, ya que temen que les sean levantados.