'El milagro electoral'

Jesús Sibilla Oropesa

“Solo le pido a Dios”

30/III/18 

Ya están aquí las campañas electorales ahora si en serio, como si antes hubieran estado jugando y, ante este trascendental evento y después del primer debate celebrado ayer yo quiero pedirle a Dios que me conceda un milagro, lo veo complicado ante tanta cerrazón y pasión cegadora de ciudadanos, candidatos y partidos, pero yo voy a pedir.

 

Aquí voy: Le pido a Dios una conciencia amplia, sin complejos, analítica y reflexiva para todos los ciudadanos mexicanos y también para los dirigentes partidistas, coordinadores de campaña, jefes de cuarto de guerra, encargados de guerra sucia y candidatos a cualquier puesto de elección popular.

 

Pido a Dios que abra los ojos a todos para que podamos ver sin fanatismos y pasiones ciegas a la vez que deslumbrantes  que es lo que más nos conviene a todos, y no solo que gane tal o cual por ser mi primo, hermano, pariente, compadre, conocido, o socio y porque así me va a ir muy bien económicamente, o voy a tener derecho de picaporte, o hacer negocitos millonarios, o tener prebendas y favores especiales.

 

Que nos conceda la sobriedad para defender a quienes creemos son los mejores, sin fanatismos, ni palabras hirientes, ni levantando falsos testimonios, ni mintiendo, y en cambio si, con el recurso de la verdad, del testimonio certero, y el argumento bien documentado resaltando lo positivo del candidato favorito y reconociendo los aciertos y bondades que pueda tener el rival.

 

Que cuando nos provoque algún adversario sepamos actuar con categoría, con tamaño, con fineza, sin gritos, con altura de miras, sin descalificaciones e identificando al agresor solo como alguien que no piensa igual que yo, y que la única manera de corregirlo o sacarlo de su error es con argumentos y no con violencia ni verbal, ni física, ni campañas sucias en redes o medios de comunicación en general.

 

Que cuando se trate del chat, y las redes sociales, investiguemos si lo que vamos a reenviar es serio o solo un invento para perjudicar el prestigio y la fama pública del otro y así actuar en apego a la verdad que al final de cuenta es la que nos hará libres. Si nos prestamos a este juego de reenviar mentiras o medias verdades, nos hacemos cómplices de los distorsionadores de la verdad y nos convertimos en mentirosos y falsarios igual que ellos a los que tanto criticamos.

 

Señor Dios; que cuando los candidatos lleguen a las colonias, poblados y rancherías en lugar de llevar objetos para regalar lleven más bien un proyecto claro, concreto y sencillo, sin palabras rebuscadas y con lenguaje franco, coloquial y entendible y que si algún candidato empieza a repartir playeras, machetes, láminas, molinos y demás, los tome el pueblo, pero sepa escuchar y distinguir la diferencia de las propuestas que de verdad beneficiarán a su comunidad.

 

Dios te pido que si llegan los ruteros de los candidatos con su costal de dinero para comprar votos se topen con una gran pared de dignidad, de la responsabilidad y honestidad de la gente que no se deja comprar.

 

Dios, te encargo mucho a los cuartos de guerra para que ilumines a quienes en ellos realizan las estrategias; que privilegien las propuestas, el respeto, y no traicionen a la verdad, que el fin no justifique medios oscuros y sucios.

 

Señor, que los candidatos estén a la altura de un pueblo anhelante de progreso y beneficios para la comunidad, que su mensaje no confunda, que sepan escoger a sus colaboradores, que no les tiemble la mano cuando descubran que alguno de ellos es deshonesto para apartarlo del equipo y si cometió un delito, que lo ponga a disposición de la autoridad que corresponda, que los interese personales o de grupo nunca este por encima del interés superior y sagrado del bienestar de nuestro país.

 

Por último te pido que el día de la elección vayamos a votar con plena conciencia de la importancia que tiene nuestro voto todos los mexicanos en edad de hacerlo, para dar una muestra al mundo, de participación democrática y compromiso patriótico.

 

Dios mío, ¿es esto mucho pedir?, ¿verdad que no? que bueno Dios porque a este pueblo nos urge cordura, reflexión, paz, orden y tranquilidad para poder ser el México alegre,  trabajador, productivo, grande, unido, poderoso, pujante, y justo que tanto necesitamos todos.

Gracias a dios.




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