‘La Imaginación Profética’

Este 24 de junio, celebramos un año más de Juan el Bautista, primo de Jesús a quien Villahermosa honró con su nombre. Profeta con voz de león que clama justicia en el desierto, Juan denunciará como trompeta la inmoralidad del emperador Herodes Antipas, quien abusando de su poder, contrajo segundas nupcias en adulterio, con la mujer de su hermano Filipo.

Encarcelado y después decapitado, es el punto de quiebre en la conciencia de Jesús. Sabía que si eso le pasó a su primo, a él no le iría mejor. A ese mismo Herodes, Jesús lo llamará “Zorro” (Lc13,31-32).

Caracteriza a los profetas la capacidad de imaginar un mundo mejor, si usted quiere, el MEJOR MUNDO POSIBLE, eso que llamamos comúnmente UTOPÍA. Esa capacidad imaginativa, o “imaginación profética” como la llama Walter Brueggemann, les permite incluso reformular los conceptos de una sociedad decadente y relanzar la esperanza de todo un pueblo hacia mejores estadios de bienestar. Así el profeta Daniel imaginó al “hijo del hombre”, Juan el Bautista al “cordero de Dios” y Jesús acuñará el “Reinado de Dios”. El movimiento altermundista grita hoy OTRO MUNDO ES POSIBLE.

La mirada profética por tanto es dolorosa. Siente y se conduele con el que sufre. El profeta asume el dolor del pueblo como suyo, su desconsuelo, infortunio y desesperanza sacuden su mente “Ay de mi si no profetizo” (Jer20,9, 1Cor9,16). Ese dolor que incendia su conciencia es la que da al profeta “el tono” de su denuncia. Su voz se torna incómoda, incisiva, incesante… quema la conciencia social, molesta, irrita, se vuelve intolerable. Difícilmente es amado un profeta por una sociedad decadente que prefiere escuchar aplausos que señalamientos de inmoralidad, extravío, idolatría. Hartos de escuchar sus torpezas, los pueblos han llamado incluso “profeta de desgracias” a quienes no cejan en señalar los desvaríos ante un Dios que exige un lugar entre sus creyentes. Dios quiere paz, justicia, amor entre hermanos, misericordia. Un corazón de carne, en lugar de piedra, es el resumen del anhelo de Dios para los humanos, que transmiten fielmente los profetas.

Imaginar un mundo mejor. El mejor escenario. ¿Por qué no imaginamos cosas chingonas?, respondía el ‘Chicharito’ en temas futbolísticos. ¿Por qué no pensar en ser campeones? ¿Qué es lo más chingón que podemos llegar a ser como sociedad en México? Vamos pues… imaginemos. Imaginemos un Tabasco en paz, sin políticos corruptos -y sus esposas-, sin campañas de terror, sin agujeros en las calles, sin violencia… con empleos bien remunerados, con ríos y lagunas libres de contaminación, con niños y jóvenes felices en los parques y jardines, sin droga ni alcohol. Wittgenstein el filósofo del lenguaje, sostenía que si no podíamos decirlo, no podía existir: SI ES PENSABLE, ES POSIBLE. LOS LÍMITES DE MI LENGUAJE SON LOS LÍMITES DE MI MUNDO. Hagamos que exista ese Tabasco que tanto queremos. Ponle nombre a tu utopía. Profetiza. Expresa, nombra, di el sueño que te imaginas. Una vez que lo hayas hecho, pon los medios para realizarlo. De nada sirve que seamos mayoría “los buenos”, si no hacemos nada por lograr nuestros sueños. Súmate a ese deseo de felicidad, no con tu simpatía ni con tus aplausos, sino con tu esfuerzo y trabajo. Serás entonces un profeta más, como Juan, el que orgullosamente celebramos este 24 de junio. Conocido también como el Precursor. El señaló y abrió la puerta al Mesías, quien vino a colmar de felicidad a quienes creyeron en él.

Villahermosa se dispone a celebrar un año más de su fundación. Unamos nuestra fe este domingo 24 asistiendo a las 12 del día a la catedral del Señor de Tabasco a la Eucaristía presidida por el Señor Obispo. Al término del acto religioso en el atrio habrá un acto cultural, sin faltar la añorada marimba. Aunque la ciudad se nos antoje de cabeza, siempre es bueno encontrar motivos para alegrar el Espíritu y soñar con una mejor Villahermosa, libre de corrupción, violencia y pobreza. Muy actual la voz de San Juan Bautista: VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO, ENDERECEN LOS CAMINOS DEL SEÑOR!

Felicidades Villahermosinos y a todos los Juan, John, Giovanni, Euan, Jan, Hans, e Iván!

Mtro. Roberto Valencia
Filósofo y Teólogo
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