En marcha la agenda internacional de México y la nueva relación con los Estados Unidos

Parece lejano aquel 11 de noviembre del año de 2003, cuando el controvertido internacionalista y político mexicano Adolfo Aguilar Zinser, en ese entonces siendo representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas mencionó la frase “México es el patio trasero de los Estados Unidos”.

Se recuerda cómo Aguilar Zinser puso el dedo en la yaga, cuando al dar una conferencia ante jóvenes de la Universidad Iberoamericana, comentó que el gobierno mexicano (en épocas del ex presidente Salinas) “intentó un matrimonio de conveniencia” con Estados Unidos al impulsar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), pero en su apreciación esa relación quedó reducida a un “noviazgo de fin de semana”.

La opinión del entonces embajador de México ante la ONU, hacía referencia al trato desigual y a que Estados Unidos siempre imponía su agenda, basada en los temas comerciales, de inversiones, apertura comercial y dejaba para después los temas que a México le interesaban como la migración de nuestro país hacia el norte y el respeto a los derechos humanos de los mismos.

La realidad bilateral de México con los Estados Unidos, parece no ser muy distinta, incluso se ha venido desgastando y hasta antes de la llegada del Presidente Trump la relación hasta cierto punto se estancó. Sin embargo con el endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos hacia México, el tema del famoso muro fronterizo que se vino gestando desde la campaña presidencial estadounidense y la renegociación del TLCAN, la relación se volvió a activar en temas torales. Sin embargo podemos volver a citar a Aguilar Zinser 15 años después: todos los temas de la agenda bilateral entré México y Estados Unidos los ha impuesto Washington.

Ante esta realidad histórica de la compleja y desigual, pero al mismo tiempo necesaria y estratégica relación con los Estados Unidos, emerge la posibilidad de una nueva época. La reciente visita de la delegación estadounidense encabezada por Mike Pompeo, Secretario de Estado Norteamericano a nuestro país, donde se sostuvieron encuentros con el presidente Enrique Peña Nieto y con el virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador, deja varias consideraciones positivas que comentar.

Histórica y temprana la visita, que deja ver la intención de un gobierno norteamericano que hasta ahora se había mostrado hostil en su trato. Importante porque el virtual presidente electo, da un primer paso poniendo en la mesa de negociación un documento con las "bases de entendimiento" que tiene las prioridades para el gobierno norteamericano, pero que en paralelo incluye la agenda de México. Los temas propuestos en el documento enviado al Presidente Trump son: “el comercio y la renegociación del TLCAN; la perspectiva de desarrollo que se tendrá en México en los próximos años; la cuestión migratoria, con una propuesta que contempla a los países de Centroamérica, y el tema de seguridad, partiendo de que México cambiará su estrategia”.

Esos cuatro temas le han hecho sentido al gobierno norteamericano, desde la frase reiterada por el entonces candidato de Morena: “la mejor política exterior, es la política interior”. Ese nacionalismo “bien entendido”, es un punto de convergencia entre Trump y López Obrador. En el mismo primer discurso como candidato ganador el 1 de julio, Andrés Manuel mencionó que motivaría el desarrollo nacional y la generación de bienestar para que la migración hacia el norte fuese por gusto y no por necesidad. Tarea titánica y generacional, así como reto mayúsculo, pero sin duda a Donald Trump le hace sentido escuchar a un presidente de México teniendo como prioridad el promover un desarrollo que genere bienestar y contenga la migración, en vez de querer de inicio generar un pacto migratorio que haga más laxa la frontera México-Estados Unidos.

Faustino Torres
Profesor Investigador, analista de temas económicos y especialista en desarrollo regional