"QUÉ PENA O QUÉ RISA"

Por: Jesús Sibilla Oropesa


Ya no se que me da más; si pena o risa, o tal vez las dos, o más bien me da pena que me cause risa, o como sea, que bizarro momento estamos viviendo.


Senadores que ante los recortes millonarios a las dependencias e instituciones, a los proyectos productivos y de desarrollo, ante los despidos en PEMEX y otros, hacen un enorme sacrificio para no quedarse atrás en su sentir patrio. SE REDUCEN SU DIETA EN CIEN ENORMES PESOS AL MES, 1200 PESOS AL AÑO, EL EQUIVALENTE A 80 DÓLARES ANUALES, Wowww.

Increíble el gran sacrificio de nuestros abnegados, sacrificados y bondadosos senadores. me dejan sin palabras o más bien hacen que las palabras se agolpen en ideas y en sentimientos nada positivos hacia ellos.

Que gran ejemplo nos dan, que solidarios son, ¿que haríamos sin ellos?

Seguro ahorraríamos mucho dinero.

Pena y risa también me dan las frases, actitudes y discursos de los políticos ante la rebatinga de candidaturas en los partidos políticos.

Adoptan actitudes dignas o relajadas, amenazantes o conciliadoras, reclamantes o apaciguadores, rupturistas o dialogantes, entre otras y de acuerdo a como les va en la fiesta, se acomodan pues y como la Chimoltrufia, como adoptan una actitud, también pueden adoptar la otra, pa que nos dicen que no, si, si.

Y utilizan palabras y frases tan exclusivas que nunca antes había escuchado como: “imposición”, “tienen secuestrado al partido”, “elección inequitativa”, “se creen los dueños del rancho”, “serán los responsables de la derrota”, “no me dejaron participar” “corruptos”.

¿Y que les parece aquellos que dijeron, juraron y perjuraron que no aceptaban premios de consolación, que no eran payasos, que no negociaban con sus genuinas aspiraciones, que no le tiraban alto para pegarle en medio, que no iban a aceptar nada que no fuera aquello por lo que estaban luchando. Que risa, que poco les duraron sus firmes convicciones, que poca palabra tienen.

Como creer en ellos si ni ellos creen en si mismos, en sus palabras y en sus promesas, en sus definiciones.

Que penoso y que chistoso todo esto, ¡que bochornoso!

Por lo menos que creen nuevas frases; ni originales son.
Además se les olvida que muchas de esas frases se las aplicaron a ellos cuando los que tenían la sartén por el mango eran ellos, cuando los dueños del rancho eran ellos. El mundo al revés.

Lo grave de esto es lo acatarrante y cansado que amenaza convertirse toda esta radionovela. y ni modo a aguantar, parecemos ciudadanos resignados que tenemos que disfrutar o padecer de nuestros derechos a ser encantados por una serie de personajes contradictorios, advenedizos, convenencieros y olvidadizos.

Los vamos a ver hasta en la sopa, los que queden como candidatos, intentarán convencernos de que son la mejor opción mientras los que no quedaron, se convertirán en su conciencia, en sus detractores, en sus promotores del voto de castigo famoso, en sus muy honorables fustigadores, hasta pose y voz de predicador adoptarán.

¿Y que vamos a hacer? pues nada, supongo que aguantarnos y soplarnos toda esta temporada de discursos, campañas y mentiras disfrazadas de honorabilidad, decencia y compromiso social.
Creo aquí lo importante es abrir bien los ojos y no dejar que nos engañen más, alguno de estos, debe de tener verdaderas buenas intenciones, es nuestra labor descubrirlo, ahí esta el pajar, en algún lugar debe estar la aguja.

Pero ¿sabe?, no deje que lo agarren de carne de cañón, de borrego, de masa manejable, no deje que le compren su criterio ni su voto, no se quede con la versión de su compadre, o la del amigo, o con el famoso “es que dicen que…”

No se harta de que los que dicen querernos tanto y querer nuestro bienestar se burlen de nosotros, nos roben, no asistan a trabajar, se justifiquen burdamente cuando no cumplen sus promesas y en lugar de liebre nos den tigre con todo y garras.

No los descalifico a todos, pero si a la inmensa mayoría y no por otra cosa, sino simplemente por que los he visto, los he escuchado y he sentido sus malas acciones en su pretendido de gobernar y legislar.
A otro perro con esos huesos, lo contrario sería pasar por estúpido y consentir que sigan despedazando y saqueando a la patria que se merece un destino diferente y más noble.

Cheque quienes son, de donde vienen, si cumplieron o no en sus anteriores encargos, su fama pública, como viven, como han hecho su patrimonio, si su discurso es congruente con sus acciones, si son prepotentes, si escuchan, si responden, si sus proyectos son mediáticos o trascendentes (recuerden pan para hoy, pobreza para mañana), analice sin son los clásicos regaladores de pollitos, láminas, tejas, machetes y playeras, porque esos por lo regular no quieren gobernarles, solo quieren su voto a cualquier costo, entre más barato mejor; y quien sabe si luego les cumplirán.

No se deje, analice, no se comprometa con ninguno, observe, escuche, haga sus propias conclusiones y solo entonces decida.



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