Muerte de jueza de la Corte Suprema ‘sacude’ organigrama de poderes en EU e impacta la carrera presidencial: Jalife

La elección presidencial de Estados Unidos ya era reñida y competida, pero con la muerte de la jueza de la Suprema Corte, Ruth Bader Ginsburg (RBG), se sacude el organigrama de poderes en ese país y podría impactar en las elecciones del próximo 3 de noviembre, consideró el analista en geopolítica, Alfredo Jalife-Rahme.

Durante su cápsula semanal denominada Radar Geopolítico, publicada en su canal de YouTube “Conferencias exclusivas”, explicó que el fallecimiento cambiaría radicalmente la correlación de fuerzas en la Suprema Corte, puesto que deja “huérfano” a la parte liberal progresista de los jueces.

Indicó que el presidente Donald Trump ha nombrado a dos jueces y por eso hoy tiene la “mayoría conservadora”, y en contraste no favorece esto al partido demócrata.

“El líder de la mayoría en el senado (Chuck) Summer está pidiendo que no se haga la elección del candidato hasta después de la elección presidencial, lo cual ahorita también está causando furor, en este momento dada la situación en el senado, nada más con ver números pues prácticamente tiene asegurada la aprobación de la nominación el candidato conservador”, puntualizó.

El especialista explicó que tras la muerte de la jueza, se “echó andar toda una maquinaria” para el nombramiento de quien la suplirá.

Por lo que al tener mayoría el partido republicano en el Senado, prácticamente la propuesta del presidente Donald Trump será un hecho.

“Los demócratas ya mostraron que no les puede convenir una elección antes de la presidencial del 3 de noviembre y los republicanos todo lo contrario, incluso se adelantó Mitch McConnell, que es el líder del senado de la mayoría republicana y él de inmediato dijo que el senado estaba dispuesto a votar por la persona que domine el presidente”.

“El presidente Trump incluso hace casi dos semanas había sacado una lista de 40 nominados, entre ellos se encontraba el embajador de Estados Unidos en México, Landau, bueno esta (lista) va a ser disminuida, ya incluso se da por favoritos, yo lo dejaría en tres o cinco a lo máximo”, sostuvo.

Jalife-Rahme estimó que antes de que se realice el primer debate entre Trump y Joe Biden, del 29 de septiembre, debe darse a conocer el nombre de la persona nominada.

Agregó que la juez de distrito Amy Coney Barret de Chicago podría ser la elegida por el mandatario estadounidense. 

Dijo que la votación es fundamental porque está en juego temas relevantes que pueden cambiar la configuración del país, tales como la libertad religiosa, el aborto, entre otros.

E incluso consideró que si Trump no obtiene el respaldo suficiente en el Senado para el nombramiento podría impactarle en votos el día de la elección.

“Ahí va arder Troya porque incluso, desde mi muy humilde opinión, puede hasta, yo diría, decepcionar a los votantes por Trump y pro-republicanos, fíjense que fino, una situación de un solo voto puede impactar el voto del 3 de noviembre”.

“Estaba leyendo una reseña británica y ellos manifiestan que si pasa la persona nominada por Trump en el senado esto puede energizar el voto, sobre todo de los progresistas que no tienen ganas de ir a votar, como que no los convence Biden”, afirmó.

Jalife-Rahme afirmó que los mexicanos no deben meterse en asuntos internos en la elección presidencial de Estados Unidos, por lo que exhortó a no ilusionarse sobre quien pudiera obtener el triunfo electoral.

“Yo entre Trump y Biden me decidí por la doctrina Estrada, nosotros no tenemos que meternos, les deseamos lo mejor, que salgan de este marasmo a los Estados Unidos, no tenemos porque meternos en sus asuntos internos ¿Y quién va a ser el mejor para México? Ninguno lo ha sido, ni los demócratas ni los republicanos, no se coman ilusionen”.

“En estos momentos y dadas las circunstancias va ser mejor el que vote Estados Unidos, nos vamos a tener que ajustar y acoplar”, externó.

Finalmente, el analista en geopolítica expuso que la base evangélica, que representó el 85 por ciento de votos para Trump en 2016, será clave y ésta podría definirse precisamente sobre el manejo que le dé el presidente en la sustitución de la jueza Ruth Bader Ginsburg.