Por temor a cuarta ola de contagios, España aplica restricciones de movilidad

Ante el temor de una cuarta ola de contagios por COVID-19, España ha implementado nuevas restricciones de movilidad, que impedirán que los ciudadanos se trasladen a otras comunidades autónomas por casi un mes.

El corresponsal de Telereportaje en Europa, Alberto Peláez, explicó que los nuevos decretos iniciarán el próximo 17 de marzo y concluirán el 9 de abril, lo cual ha molestado a los españoles, debido a que esto no aplica para los extranjeros que viajen al país ibérico.

“Parece una especie de contrasentido. A partir del día 17, del Día del Padre, no va a haber posibilidad de salir de cada comunidad. Eso se va a extrapolar hasta la Semana Santa, y hasta el 9 de abril. El fin es que no haya ese nivel de contagios para que no lleguemos a la cuarta ola. Eso tiene sentido, sin embargo, un señor de Roma o de París, sí puede venir con el virus. Eso no se está entendiendo bien”.

Peláez reportó que la vacunación en España va mucho más lenta de lo previsto, aunque tratarán de avanzar lo más posible de cara al verano, donde suelen viajar millones de personas con fines turísticos.

“Las vacunas van avanzando, pero no al ritmo que se pensó en un principio. Ya son cerca de 5 millones de personas que se han vacunado de una sola dosis. Es un ritmo muy despacio. Lo que estamos intentando salvar es el verano, porque España es un país con una captación de 82 millones de turistas en 2019. Eso es dinero que no llega desde hace casi dos años”.

Por otra parte, el periodista dio a conocer que, en el marco del Día Internacional de la Mujer, el Gobierno prohibió las protestas multitudinarias, debido a la pandemia, lo que ocasionó diferencias entre grupos políticos y las propias manifestantes.

“Aquí lo que se hizo por el Día Internacional de la Mujer fue clausurar todas las celebraciones en las calles, en Madrid. No podemos olvidar que, en marzo de 2020, el lugar donde iniciaron los contagios más fuertes iniciaron ese 8 de marzo. Más de 350 mil personas se reunieron, muchas infectadas que propagaron el virus. Lo que no quería el Gobierno es que no pasara algo así. Todo mundo estuvo de acuerdo, excepto Podemos, que es un partido de extrema izquierda. Lo calificaron como un acto de fascismo. La gran mayoría de las mujeres estaban en la misma sintonía de señalarlo como un complot, y hubo gente más prudente que dijo que era comprensible”.