China a la esquina de la hegemonía mundial

Foto: Torpong Tankamhaeng en Pixabay

 

Hace casi 25 años (1 de enero de 1994) entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el TLCAN (NAFTA, por sus siglas en inglés): abría las fronteras comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá, creando uno de los bloques más importantes, grande y dinámico del mundo. Manteniendo el crecimiento económico de Estados Unidos y la presencia de Canadá en los mercados mundiales.

Aun que en México no se percibió tanto en el crecimiento económico, ayudo a salir de la crisis de 1995. Desarrollando industrias motivadas por el potencial exportador que vino acompañado de un incremento en la inversión extranjera directa. Una de las ventajas indirectas que recibió México en el contexto de NAFTA, es que la conexión del libre comercio con los Estados Unidos, era la ventana de muchos países de primer mundo de Europa y algunos de Asía, para exportar y acaparar el mercado norteamericano. 

Hoy China da un paso estratégico y definitivo a la inminente posibilidad de que se haga de la hegemonía económica a nivel mundial, en los próximos años. El gigante asiático al aglutinar a 14 países de Asia y el Pacífico, logra conjuntar el mayor acuerdo comercial de la historia, al menos en población. Involucrando un mercado de más de 2 mil 200 millones de persona, el equivalente al 30% de la población mundial. Lo que lo hace un acuerdo de libre mercado sin precedentes y muy difícil de poder superar, por la población que incluye. 

Durante el mandato de Donald Trump (últimos 4 años) se ha tratado de consolidar una agenda interna de repatriación de la inversión. Se han negociado situaciones ventajosas con el resto del mundo, que limitan las relaciones comerciales, y minimizan las ventajas de la globalización. Muchos países de Europa y China no han estado de acuerdo y han contradicho esta postura de los Estados Unidos

El reto para el nuevo gobierno de los Estados Unidos no es menor. El presidente Joe Biden necesita tener una estrategia internacional de política económica muy diferente, que le permita estar en este escenario global para los próximos años. 

De este tratado comercial, no solo destaca la magnitud del mercado, la fuerza exportadora y de consumo que representa, sino entre líneas viene un mensaje muy claro. Tomando en cuenta que los EU no fue invitado a la mesa, se habla de una estrategia y proyecto económico inminentemente asiático, sin lugar a dudas liderado por China que reclama el centro de poder geopolítico mundial.