Día Mundial de las Habilidades de la Juventud

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El 18 de diciembre de 2014 la Asamblea General de las Naciones Unidas, decide designar el 15 de julio como el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud. El proyecto de resolución que establece el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud fue propuesto por Sri Lanka. La resolución es el resultado de la preocupación por el elevado número de jóvenes desempleados y se reconoce que el fomento de la adquisición de habilidades por los jóvenes mejoraría su capacidad de tomar decisiones con conocimiento de causa en relación con la vida, con el trabajo y los empoderaría de manera que puedan acceder al mercado laboral en evolución. 

La resolución también invita a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y regionales, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones dirigidas por jóvenes, a observar de manera adecuada el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, de conformidad con otras prioridades nacionales. Ahora, el Día Mundial de la Juventud 2021, se celebra en un contexto desafiante. Las medidas de bloqueo y la pandemia de COVID-19 han llevado al cierre mundial de las instituciones de educación y formación técnica y profesional (EFTP), amenazando la continuidad del desarrollo formativo. 

Los estudiantes se han visto afectados por el cierre de las escuelas. De acuerdo a la encuesta de instituciones EFTP, que cuenta con datos recogidos conjuntamente por la UNESCO, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial, la capacitación a distancia se ha convertido en la forma más común de impartir conocimiento, no sin ciertas dificultades con respecto, entre otras cosas, a la adaptación de los planes de estudio, la preparación de aprendices y formadores, la conectividad o los procesos de evaluación y certificación. Antes de la crisis actual, los jóvenes de 15 a 24 años tenían tres veces más probabilidades que los adultos de estar desempleados y a menudo se enfrentaban a un período prolongado de transición de la escuela al trabajo. En las sociedades posteriores a COVID-19, a medida que los jóvenes deben contribuir al esfuerzo de recuperación, deberán estar equipados con las “habilidades" adecuadas para manejar con éxito los desafíos y la capacidad de adaptación para adaptarse a futuras interrupciones. 

Cuando se habla de capacidad intelectual o capacidad cognitiva, normalmente se está aludiendo al cociente de inteligencia (CI), también llamado cociente intelectual. Las habilidades intelectuales se pueden entrenar y mejorar en un cierto grado. Varían durante la vida de la persona: son menores en la infancia, aumentan con la educación y la práctica hasta la adultez, y disminuyen si se dejan de estimular con el tiempo. Pueden verse temporalmente reducidas por nerviosismo de la persona, falta de sueño, por preocupación, distracción, enfermedades mentales o un ambiente desfavorable, también por falta de interés, de entusiasmo, de optimismo, o tener por mostrar una actitud negativa, incluso, por el consumo de ciertas sustancias psicoactivas. Conocer y medir una determinada habilidad intelectual de una persona en concreto es importante porque se está entrenando esa habilidad cognitiva para mejorarla, y se quiere conocer el ritmo de mejora. En un puesto de trabajo se requieren determinadas habilidades intelectuales, y entre las varias personas candidatas se suele seleccionar a la que mejor encaja. 

Aun durante los mejores momentos, muchas adolescentes se preguntan si han desarrollado todas las habilidades que necesitarán para tener éxito en la vida. La investigación en neurociencia indica que el cerebro humano alcanza la madurez hasta los 20 años. Antes de llegar a esa edad, los jóvenes, los padres y los maestros, debemos tener presente que es necesario que desarrollen habilidades indispensables para la vida y que los estudiantes sean conscientes de cómo pueden impulsarlas y trabajar en ellas. También deben considerar su tipo de temperamento, su estilo de aprendizaje y circunstancias particulares por las que cada uno pasa. Además de las habilidades intelectuales hay que tener en cuenta otras como: 

- La Motivación para actuar con iniciativa, compromiso, voluntad de abordar actividades nuevas y productivas, perseverancia, ética de trabajo, y el impulso para seguir intereses y desarrollarse personalmente. 

- Habilidades de funcionamiento ejecutivo para poder planear organizarse, ejecutar y concluir proyectos, tomar decisiones, tener buen juicio, concentración, y autocontrol. 

- Habilidades para vivir de manera independiente y ser autosuficiente: administración de gastos personales, cocina, lavar ropa, transportarse, y experiencia laboral (solicitar empleo, participar en entrevistas laborales, trabajar duro, tolerar la crítica y seguir instrucciones). 

- Tener condición física y hábitos saludables: cuidado personal en relación con el ejercicio, el sueño, la alimentación, la salud general y la prevención de riesgos, el uso de sustancias y el abuso de tecnología. 

- Hacer conciencia, reflexionar y regular las emociones: desarrollar empatía hacia los demás, tener capacidad para controlar impulsos, y manejo de las emociones negativas. 

- Habilidades sociales lograr esa capacidad para evaluar situaciones interpersonales, cooperación grupal, hablar con fluidez, habilidades para resolver conflictos y adoptar perspectiva, y autoevaluación dentro de grupos. 

- Habilidades en las relaciones personales: capacidad para mantener relaciones a lo largo del tiempo, cultivar la amistad, habilidad para conversar, equilibrar las necesidades propias y las ajenas en las relaciones románticas, y habilidades de intimidad. 

- Comportamiento moral, integridad y carácter: defender lo correcto, desarrollo de la conciencia moral, y responsabilidad personal y social. 

- Espiritualidad y vida con propósito: capacidad para aceptar y afrontar la adversidad, resiliencia emocional, búsqueda de una vida significativa, y capacidad para reflexionar y madurar a través del tiempo. 

Más allá de las expectativas que otras personas tengan sobre el estudiante, cada uno debe centrarse también en todo aquello que pueda hacerte crecer como persona. Dado que la mitad de las conexiones neuronales en la corteza prefrontal se desarrollan durante la adolescencia temprana, deben pensar en deben trabajar en aprender a tomar decisiones adecuadas. Esta área es complicada y no se domina de la noche a la mañana, pero quizás sea la más básica para empezar a allanar el camino hacia la adultez. En la adolescencia existe una gran fluctuación emocional, pero no deben olvidarse de atender los deberes escolares, desarrollar hábitos para estudiar y hacer la tarea, saber pedir ayuda a las maestras y completar el trabajo requerido. 

Psic. Sara L. Campos Chavolla Torre Médica Méndez 1110 Tel 9933141178 y Cel 9931498830