La oferta de bienes y servicios no se adapta a la recuperación económica

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La crisis generada por el Covid 19, está superando un shock sin precedentes para la economía mundial. Su efecto sobre la actividad económica no deja de sorprendernos, las dudas se siguen centrando en su magnitud y la duración del impacto. 

Los precios al consumidor en Estados Unidos han registrado su mayor repunte en 13 años, si bien es una consecuencia natural de la economía, de persistir en el mediano plazo se corre el riesgo de que México importe el impacto debido al encarecimiento de las importaciones de su principal socio comercial. El mandatario Joe Biden, resalta que la economía de los Estados Unidos se ha recuperado con fuerza, aun que se presenten algunos aumentos de los precios, no es preocupación.

Como se ha mencionado con anterioridad la crisis de la pandemia no fue un problema de maquinaria, o de infraestructura, sino se presentó una contracción de la demanda, es decir, el consumidor se vio obligado a dejar de comprar. Una vez que las medidas comenzaron a relajarse y la reactivación económica se presentó de manera paulatina, se dio el problema. La demanda de bienes y servicio creció de manera exponencial y rebaso la oferta de los mismos. 

Múltiples especialistas han mencionado, que es momento de parar a los gastos públicos y sociales, para no aumentar el flujo de dinero en la economía, sin embargo, la inversión por parte del gobierno sigue teniendo en su agenda como método principal la inversión pública y social. 

Es importante entender, que después de un paro total en la producción se genera pocas expectativas en el consumo, los productores tendrán que realizar proyecciones a corto y mediano plazo, es decir, se tienen que adaptar a los cambios del mercado sin arriesgar su capital, pero manteniendo los niveles de inflación lo mayor estables posibles.