8 de marzo no se celebra, se conmemora: IEM

Reconoce falta de concienciación sobre verdadero significado del Día Internacional de la Mujer

La directora del Instituto Estatal de la Mujer (IEM), Nelly Vargas Pérez, reconoció que a lo largo de los años ha faltado concientización social sobre el verdadero significado del Día Internacional de la Mujer.

La funcionaria estatal precisó el 8 de marzo no es de festejo para el género femenino, sino de conmemoración a la lucha por los derechos e igualdad de condiciones.

Vargas Pérez señaló que las instituciones públicas y privadas, así como las propias mujeres deben de dar información constante del origen de la declaración del Día Internacional de la Mujer.

La titular del IEM reconoció que, aunque en Tabasco los delitos contra las mujeres han ido a la baja, aún falta para suprimir del todo las conductas de violencia hacia ellas.

“En Tabasco hemos dado un gran avance en los temas de prevención y contención de la violencia en todas las regiones de Tabasco, en los 17 municipios, las últimas encuestas de la ENDIRE hablan que ha habido una disminución importante en las diferentes violencias, sin embargo, es un tema que tenemos que seguir trabajando, que tenemos que seguir construyendo redes de mujeres de paz, porque es una forma importante desde la comunidad podamos combatir este flagelo que todavía nos duele a las mujeres”, indica.

Es de recordar que, en 1975, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió oficializar el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, en conmemoración a los movimientos iniciados en 1857, cuando mujeres que laboraban en la industria textil de Nueva York, apodadas en ese entonces como “garment workers”, decidieron organizar una huelga para pelear por salarios igualitarios y jornadas laborales humanas.

No obstante, 51 años después, el 8 de marzo de 1908, ocurrió un lamentable suceso en la historia de la lucha constante por los derechos femeninos; ese día 129 mujeres fallecieron al interior de una fábrica en Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, y es que ellas se declararon en huelga con la finalidad de buscar un cambio en la reducción de sus jornadas laborales, la cual ascendía a 10 horas; asimismo, buscaban igualar su salario con el de los hombres.

Pero a manera de represión, el dueño de la fábrica cerró todas las puertas del edificio, encerrándolas al interior con la intención de que se retractaran y abandonaran el lugar, resultando de ello 129 obreras muertas.