LA CIUDADANÍA TIENE LA PALABRA

Por: Jesús Sibilla Oropesa

 

Repasando y meditando las palabras de Roberto Campa Cifrián Subsecretario de prevencion y participación ciudadana de la Segob. en entrevista en Telereportaje la semana pasada, me quedo con aquella revelación relacionada con la destacada participación que la ciudadanía ha tenido en lugares donde la crisis de seguridad rebasaba a las autoridades por diferentes causas que van desde incompetencia, pasando por complicidades y empoderamiento de la delincuencia.

 

 

 

Decía Campa, que los ejemplos de Cd. Juárez, Chihuahua, Monterrey, Nuevo León y Acapulco, Guerrero con situaciones extremas y en las que la delincuencia iba por delante en las que incluso estuvo a punto de llamarse a los cascos azules de la ONU, con un número impresionante de delitos, violencia, balaceras y secuestros, y se han revertido estos índices, que la ciudadanía ha tenido mucho que ver.

 

 

 

Campa habla de una ciudadanía, primero harta de ser maltratada y explotada por la delincuencia organizada, y luego de una ciudadanía que se organiza, que se manifiesta, aunque no toma los medios para protagonismo sino para exigir seguridad sin politizar la situación.

 

 

 

 

 

 

De tal manera que no sé que esperamos, cada uno que me escucha y que formamos entre todos la ciudadanía tan mencionada y que tiene que sumarse para que la transformación del factor seguridad se dé en nuestro querido Tabasco.

 

 

 

Claro que esta tiene que ir en dos vías: ciudadanos, a exigir, pero también a colaborar actuando honestamente en el ámbito de nuestro desempeño, a ser muy conscientes de la educación y ejemplo que damos a nuestros hijos, a estar muy pendientes de ellos, con quienes se juntan, adonde van, qué hacen, si llegan a la escuela, si se están aficionando a algún vicio, si tienen alguna adicción y si hay algún foco rojo y no lo pueden resolver, de inmediato pedir ayuda, a su iglesia, al DIF o a quien tengan más confianza.

 

 

 

Y el gobierno, a no inventar el hilo negro. Creo que sólo hay que ver cuál de esas ciudades que han vivido experiencias exitosas en el terreno de la seguridad es la que más se parece a nosotros, para así actuar en consecuencia, adaptando el modelo en cuestión pero también aplicando todos los controles de confianza habidos y por haber, y detectando posibles infiltraciones en sus sistemas de seguridad saneando así las corporaciones que “combaten” el crimen.

 

 

 

Queda claro que sanear las corporaciones policiacas es un primer tema y que además no admite ni chantajes ni negociación alguna, si no, seguiremos en las mismas.