La tanatología se encarga de encontrar el sentido al proceso de la muerte
La Tanatología es una disciplina científica. Se encarga del estudio de sus ritos y significado de manera profesional, e integra a la persona como un ser biológico, psicológico, social y espiritual para vivir en plenitud y buscar su transcendencia. También se encarga de los duelos derivados de pérdidas significativas que no tengan que ver con la muerte física o enfermos terminales.
Podemos considerarla como “el estudio de la vida que incluye a la muerte”. Del origen griego thanatos (muerte) y logos (estudio o tratado); por tanto, el objetivo de la tanatología es proporcionar ayuda profesional al paciente con una enfermedad en etapa terminal y a sus familias, o bien a una persona que esté viviendo algún tipo de pérdida.
La tanatología estudia aspectos tales como:
- Preparar a la gente para asumir cualquier tipo de pérdida.
- Educar a tratar en forma humana e inteligente a quienes están cercanos a la muerte.
- Entender la dinámica de la pena desde un punto de vista humano, donde se acentúe la importancia de las emociones.
Uno de los puntos más importantes dentro la tanatología es el principio de autonomía el cual le permite al individuo tomar sus propias decisiones relacionadas con el proceso de morir o de su propia vida. La dignidad de la persona se comprende sólo a través del respecto a la libertad.
Otro de los aspectos importantes dentro de la tanatología es aprender los diferentes medios por los cuales el paciente puede tener ese principio de autonomía. Por ejemplo, pueden llevarse ciertas acciones, desde la realización de testamentos (como testamento vital o jurídico), legados, responsabilidades, o voluntades anticipadas (este último se refieren a la posibilidad que legalmente se ha establecido en algunos países en cuanto a solicitar el rechazo a la prolongación de la vida por medios innecesarios en circunstancias específicas).
Los principales objetivos de la tanatología son dar atención a estos aspectos de nuestra relación con la muerte:
• El sufrimiento psicológico.
• Las relaciones significativas del enfermo.
• El dolor físico.
• Las últimas voluntades.
• Los aspectos legales
LAS ETAPAS DEL DUELO
La psiquiatra suiza, Elizabeth Kübler-Ross, ha sido una de las que más ha estudiado el proceso de la muerte, el duelo y todo lo relacionado con cuidados paliativos para pacientes terminales. Propuso un modelo de las cinco etapas del duelo:
1. Negación: Defensa temporal de quien tuvo una pérdida o está a punto de perder la vida debido a alguna condición de salud. El individuo no acepta lo que está pasando, cree que es un sueño, una idea vaga; cualquier cosa menos su realidad. “No me puede estar pasando esto.” La familia también cae en la negación y dice "no puede ser", "no lo creo", "no es verdad".
2. Ira: El sujeto se siente impotente y enojado por la situación por la que está pasando. Normalmente, cualquier cosa que represente energía, lucidez y vida son totalmente repelidos por éste. “¿Por qué a mí y no a otro?” Negociación: Se refleja la esperanza de que se puede alargar un poco más el tiempo y posponer la muerte. El individuo piensa en hacer compromisos de mejora para disfrutar si tuviera más tiempo. “Si pudiera quedarme, ahora sí cuidaría mi salud.” “Sólo quiero ver la graduación de mis hijos.” La misma ira pueden tener los familiares que se molestan con la ciencia, con los doctores y hasta con Dios.
3. Depresión: Empieza el proceso de comprensión de que la muerte es inminente, por lo que se puede aislar, rechazar visitas de seres queridos y llorar frecuentemente. “Voy a morir, ¿qué sentido tendría estar con mi familia?” Es cuando cae el peso de la posible pérdida para los familiares, saber que esa persona ya no estará o ya no está y tener sentimientos de melancolía con nostalgia.
4. Aceptación: Comprensión total de que llegará la muerte y no hay nada qué hacer para evitarlo. El individuo ya no se lamenta, más bien se prepara para morir. “Sé que moriré, no hay nada que pueda hacer". Por otro lado, quien ya vive una inminente pérdida acepta que la persona ya no estará o si murió, no regresará pero que ya está en paz. Afrontar el proceso de muerte.
Cada persona vive su proceso de duelo de forma diferente, pueden cambiar de un paso a otro sin un orden específico; vivir el mismo paso varias veces; y vivir su duelo en diversas duraciones. No hay una regla estandarizada de cómo debe ser y es por lo mismo que nunca se debe forzar a alguien a que lo gestione de cierta forma, ya que eso podría tener consecuencias negativas en vez de beneficiosas.
La tanatología no se basa en creencias religiosas, costumbres o ritos, sino en la relación que cada uno tenemos con la muerte y nuestra concepción acerca de ella. Si bien no es una disciplina tan reciente, ha ido obteniendo mayor reconocimiento por los beneficios que ha brindado a las personas que han sufrido una pérdida o son enfermos terminales a tener un proceso mucho más llevadero y sobre el cual sienten que tienen control. Ahora, uno de los retos en la sociedad es que se siga rompiendo el tabú alrededor de este tema y que desde niños haya una educación de lo que es el proceso de morir; lo que conlleva; y proveer estrategias psicológicas para que haya un buen manejo de los duelos.
QUÉ ES EL DUELO?
El duelo es ese estado de pensamiento, sentimiento y actividad que se produce como consecuencia de la pérdida de una persona amada o algo significativo para nosotros, asociándose a síntomas físicos y emocionales. La pérdida es psicológicamente traumática en la misma medida que una herida o quemadura, por lo cual siempre es dolorosa. Necesita un tiempo y un proceso para volver al equilibrio normal. Recordemos esta frase: “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”.
CÓMO SOBREVIVIR AL PROCESO DE DUELO
• Permitirse estar de duelo: darse permiso para sentirse mal, necesitado, vulnerable, etc.
• Abrir el corazón al dolor: expresar las emociones que surjan en lugar de reprimirlas.
• Darse tiempo para recorrer el proceso de duelo y sobre todo aprovechar ese tiempo para superar el duelo.
• Ser amable consigo mismo, no olvidar de quererse a sí mismo, lo que implica también ser paciente con respecto a la superación del dolor.
• No tener miedo de volverse loco: las emociones y sensaciones de tristeza, enojo y dolor son normales en esas circunstancias.
• Aplazar algunas decisiones importantes, ya que no se tiene el 100% de la concentración.
• No descuidar la salud (física y emocional).
• Agradecer las cosas pequeñas que siguen existiendo en nuestra vida.
• No temer pedir ayuda.
• Ser paciente con los demás, algunos también están sufriendo por nuestra pérdida y otros tratan de ayudarnos aún sin saber cómo hacerlo
• Darse tiempo para descansar y paulatinamente para empezar a tener momentos de esparcimiento.
• Confiar en nuestros recursos para salir adelante (en caso de que no sean suficientes volver a recordar que podemos pedir ayuda).
• Aceptar lo irreversible de la pérdida.
• Tener en mente que elaborar la pérdida (seguir nuestra vida de manera “feliz”) no es olvidar.
• Aprender a vivir “de nuevo”, lo que implica aprender a vivir sin algo o sin alguien, de otra forma, y que esta forma sea positiva para nosotros.
• Centrarse en la vida y en nuestros seres queridos que siguen vivos.
• Definir nuestro significado con respecto a la muerte.
• Volver a nuestra fe.
• Buscar las puertas abiertas: estar atentos a las oportunidades o cosas buenas de la vida que se nos van presentando.
• Cuando se tenga un buen trecho recorrido con respecto al proceso de duelo, compartir nuestra propia experiencia a otros.
El papel del psicólogo es guiar al individuo por el duelo, asegurándose de que está teniendo uno satisfactorio y ayudándole a reconocer, normalizar y controlar todas las emociones que se vayan presentando en el proceso.
¿EN QUÉ ME PUEDE AYUDAR UNA TANATÓLOGA?
En el proceso de duelo, así como en cualquier tipo de pérdida significativa de las mencionadas anteriormente. Su función principal es procurar que el paciente o cualquier ser humano que sufra una pérdida sea tratado con respeto, cariño, compasión y que conserve su dignidad . La meta última del tanatólogo es orientar al enfermo o doliente hacia la aceptación de su realidad, aceptación que se traduce en esperanza sobre la situación real. Esto incluye una mejor calidad de vida, y en su caso una muerte digna y en paz.
Psic. SARA LETICIA CAMPOS CHAVOLLA
CONSULTORIO: TORRE MÉDICA Av. MÉNDEZ 1110 SEGUNDO PISO
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