Tabasco sigue perdiendo

Por: Emmanuel Sibilla Oropesa
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Lo confieso, me siento indignado, enojado, decepcionado, aunque no me sorprende, lo ocurrido el viernes 5 de octubre en el congreso local demuestra que los intereses de grupo se imponen otra vez a los de la colectividad. Pareciera que no hay manera, que estamos lejos de vivir mejores momentos como sociedad porque nuestra clase gobernante y quienes supuestamente nos representan, siguen haciendo de las suyas, pero lo más grave es que nosotros los ciudadanos se los permitimos y avalamos sus decisiones con nuestro silencio o indiferencia; lo ocurrido recientemente en la cámara tabasqueña corresponde a un nuevo capítulo de simulaciones y complicidades, es inaudito, molesta, lastima que aquellos que tienen la responsabilidad de velar por los intereses de todos pretendan a través de mecanismos legaloides pisotear su compromiso con la verdad y con el pueblo.

 

 

 

 

Si todo está bien, si no hay nada que esconder, si los números cuadran, si el presupuesto fue aplicado correctamente ¿por qué generar el escenario de las suspicacias?, ¿por qué las prisas?, ¿por qué el mayoriteo vil y descarado? Lo avalado le abre otro boquete a la transparencia y a la honorabilidad, genera dudas. La calificación de cuentas públicas es un asunto de ley pero también de voluntad, de pudor, para ello hay que tener vergüenza, escrúpulos y límites y no sólo fingir que se está en contra cuando por abajo se trabaja a favor.

 

 

Hay quienes se declaran defensores de la verdad pero son en realidad mercaderes de la política y en su estrategia montan todo un espectáculo para tratar de engañarnos; Tabasco y el bien común jamás les ha interesado, solo pretenden el beneficio propio, el poder y el negocio como constante y por conseguirlo son capaces de todo, el cinismo y la ambición mal habida forman parte de su naturaleza y ante natura ¿qué se puede hacer? Hay quienes son muy hábiles y tratan de jugar en varias pistas, pero al final resultan peores ya que su estrategia los lleva a encarecer sus servicios, otros más se dejan llevar simplemente por la inercia que les brinda confort, pero eso sí, todos se indignan si se les cuestiona, se ofenden si se les señala, se molestan si se les exigen explicaciones, se les olvida que están obligados a darlas. Cuanta mezquindad, cuanta pobreza de espíritu, cuanta traición y deslealtad para con los ciudadanos.

 

 

Rematando: El viernes se demostró que Tabasco sigue perdiendo, que el que se va seguirá con su política de destrucción hasta el último día y va por lo que queda si algo queda y que el electo se encuentra solo aunque lo veamos rodeado por tantos.