¡Tiembla el mundo del reggaeton y el trap! Se acabó. Si cantas violencia, quedas fuera de las listas de Spotify
Todo comenzó con las ventas: cantar groserías, insultos, improperios, ficciones burdas de la realidad, promiscuidad, discriminación, humillación, pero con buen ritmo, parecía llamar la atención de todos, generar ventas y encantar a los rebeldes millennials.
El efecto parecía no tener límites, una canción subida de tono, pronto era superada por otra más explícita en sus declaraciones, y luego otra más que definitivamente no hilaba más de 10 palabras sin que emitiese una grosería, y así sucesivamente.
El fenómeno de los inicios del Hip-Hop grotesco y sin sentido norteamericano, había impactado en el reggaetón latino y evolucionaron en el genero Trap, el más ruin en lírica y mensajes.
El programa de radio La Máquina del Tiempo emitido el pasado 10 de mayo a través de 104.1fm, abrió la sección “opinión de la semana” analizando si las nuevas facultades legales otorgadas a la Secretaría de Gobernación para poder velar por el “interés superior del menor” eran suficiente para censurar algunos temas de la radio y de la televisión, convocando la opinión de especialistas, juristas y público en general.
De igual forma se invitaba a los mundialmente famosos cantantes de moda, que asumieran su responsabilidad en los mensajes que enviaban a través de sus melodías, e hicieran un esfuerzo por mejorarlo o refinarlo (utopía total).
Pues al parecer Spotify lo tiene claro: Si cantas groserías, quedas fuera de sus listas.
No es poca cosa si consideramos que aproximadamente entre el 20 y el 30 por ciento de las reproducciones de Spotify provienen de las listas musicales que elabora y publica en todo el mundo.
Es importante dejar claro que no se trata de censura total, pues ustedes sí pueden encontrar un tema en cuestión, pero buscando específicamente el nombre del artista y la canción, siempre y cuando el artista tenga su catálogo en la plataforma, sin embargo, Spotify no las incluirá en sus famosas y mundialmente seguidas listas de temas, las eliminará completamente de sus rankings de sugerencias.
Mucho tuvo que ver el escándalo que recientemente se ha soltado con el rapero R. Kelly, quien tiene en su álbum XXXTentacion un claro ejemplo de una producción musical plagada de mensajes de odio y libertinaje sexual, lo cual sumado a las recientes investigaciones y demandas de conductas sexuales impropias del cantante, ha llevado a Spotify a retirar sus melodías de las listas referidas.
Y el caso de R. Kelly no sólo dejó un fuerte precedente en Spotify, las mismas acciones tomaron en Apple Music, como parte de una nueva política de ambas empresas líderes en entregar música vía streaming, por restringir de sus recomendaciones melodías con alto contenido de odio y violencia.
Y bajo esa nueva lupa, es que la música latina queda envuelta en ese nuevo paradigma.
Sinceramente, el tema es polémico. No olvidemos que en todas las generaciones, los jóvenes han sido el eje disruptivo del presente que les agobia, y la música les ha acompañado siempre en sus ideales, por lo tanto, la censura, parcial si se quiere, puede estar sujeta a manipulaciones.
Pero tampoco olvidemos que los rockanroleros de los 50s, los hippies de los 60s, los pacifistas de los 70s, los punks de los 80s, los alternativos rockeros de los 90s, por citar algunos, todos sin excepción tenían definida sus ideas, y generalmente era sustituir un paradigma social por otro, pero en ningún caso se trataba de humillar a otros humanos, de fomentar violencia contra las mujeres, de hacer apología del delito o de vender ilusiones banales y falsas en temas sexuales, sociales y de convivencia.
El tema es altamente discutible, pero mientras la Secretaría de Gobernación define hasta donde pueden llegar en su nueva facultad de proteger los “intereses superiores del menor”, y todos miran con actitud indiferente como nuestros niños cantan y bailan con singular alegría frases grotescas, insultos, o expresiones violentas, Spotify lanza el mensaje que pareciera amenaza: su nueva política no tolerará canciones con alto contenido de odio o violencia.
Seguramente todos los cantantes de moda han entendido el mensaje y tomado nota de lo que se viene, una simple política que los obligará a moderar su contenido, o refinar las líricas de esos temas. ¡Bravo!
Enhorabuena. Lo celebro ampliamente. No soy enemigo de ningún genero musical, todos los disfruto mucho. Pero el deleite termina cuando veo a niños utilizando canciones de moda, para repetir y por ende asumir, personalidades y conductas que no entienden y que escapa a su madurez biológica, simplemente es abominable.
La manipulación también se logra a través de la música, hay muchos ejemplos de ello en la historia, y uno de los más claros es el de los Nazis alemanes en la época de Adolfo Hitler y el Holocausto. ¿Cree usted que exageró? Le invito a comprobarlo escuchando el programa de radio titulado: “La música y el Holocausto, una historia para recordar” transmitido el jueves 28 de enero del 2016, hace dos años y medio, haciendo click en el siguiente enlace: bit.ly/KikoNews30
¿Usted que opina? ¿Está de acuerdo en esta nueva política de Spotify? ¿Debemos presionar por música de mayor calidad desde otros ámbitos? ¿Te gustaría que todo siguiera como hasta ahora? Todas las opiniones son válidas, comparte tu punto de vista con nosotros a través de las siguientes redes sociales:
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