Variables económicas, mediciones y comparaciones. ¿Cuál debe ser el salario mínimo en México?

 

México es un país, que vive en un proceso de constante “simulación”, donde lo que parece no es y lo que realmente es, no parece. Un verdadero análisis de cualquiera fenómeno social, desde la perspectiva de un servidor, debe pasar por los enfoques cuantitativo y cualitativo. A menudo comento que cuando tengas datos duros, lo más importante se vuelve la habilidad para leer e interpretar esos datos; sin embargo cuando lo que tenemos son argumentos, percepciones de ciertos fenómenos basados en la observación, lo que debemos buscar son los datos.

 

 

Así pues, en México nos encanta dar información económica real, pero parcial, fidedigna, pero inservible, y cierta, pero magnificada (o minimizada) y que no refleja la realidad de vida económica de los mexicanos. En ese tenor, creo que nos hemos convertido en una “economía de la simulación” que le gusta el autoengaño de las cifras económicas, nos encanta y nos han acostumbrado a escuchar rimbombantes cifras de millones de dólares en variables como la inversión extranjera directa (IED), gustamos de presumir los primeros lugares de exportación en ciertas industrias, nos apasiona ostentar cifras millonarias del consumo que se deja por el concepto del turismo. Sin embargo minimizamos el desempeño de otras variables y conceptos de la economía real, como los niveles de ingreso, salario mínimo, índice de marginación, competitividad de la infraestructura, concentración de la riqueza, por ende, desigualdad, entre otros.

 

 

Para precisar, vamos a referirnos en particular a variables que tienen que con el desempeño del mercado laboral. En ese sentido, consideraremos básicamente los análisis, argumentos y postulados, para gestionar el nivel de salario mínimo. Después de décadas de deterioro del poder adquisitivo del consumidor mexicano y con el argumento de que no “era” conveniente subir salario, porque esto genera presiones inflacionarias, el debate se abre. Este argumento mantenido durante los 80s, donde vivimos inflaciones de hasta 3 dígitos (por encima del 100% anual), en los 90s donde vivimos una de las peores crisis económicas y traído hasta al presente ha perdido vigencia teórica, pragmática y social, por el grave deterioro del ingreso de la gran mayoría de los mexicanos, muchos por debajo de la línea de pobreza.

 

 

 

 

El consumo y el consumidor en el siglo XXI han cambiado mucho, el concepto de canasta básica debe considerar hoy en diversas ponderaciones, no solo alimentación, transporte, sino los diversos servicios de tecnología, acceso a internet de banda ancha, comunicación móvil, etc. De hecho en la práctica las nuevas generaciones, tienen como prioridad uno de consumo, tener saldo en su celular y bites para navegar en internet.

 

 

Las odiosas, pero necesarias comparaciones, sirven justamente para que quienes técnicamente definan e monto del salario mínimo óptimo en México, establezcan los criterios, sobre los niveles de consumo mínimo y dignos que un trabajador mexicano. La afamada revista “THE ECONOMIST”, diseñó hace varios años el “Índice BIG MAC”, que entre otras cosas mide en relación al salario mínimo, ¿Cuánto tiempo tiene que trabajar una persona para poder comprar una hamburguesa? De ese análisis haremos comparaciones en la próxima edición.

 

 

Faustino Torres
Profesor Investigador, analista de temas económicos y especialista en desarrollo regional