Voto de Conciencia

 

El 19 de marzo los obispos mexicanos emitieron su mensaje “con motivo del proceso electoral 2018”, denominado PARTICIPAR PARA TRANSFORMAR. Se impone mirarlo con lupa y alfileres pues invita a emitir nuestro voto de manera “libre y secreta […] en conciencia”. Según éste, el voto de los creyentes católicos sería hacia el candidato, que observe: “el respeto que merecen las personas desde el momento de la fecundación y hasta la muerte natural; la importancia del matrimonio heterosexual y monogámico; la vigencia de la más plena libertad para vivir de manera individual y asociada de acuerdo a nuestras opciones en conciencia en materia religiosa; la centralidad ética y social que poseen los más pobres y excluidos de nuestras sociedades, etcétera”. Todas las denominaciones religiosas están en su derecho de promover entre sus fieles la cultura del voto de acuerdo a sus creencias.

 

 

Con tales criterios, los partidos que propongan la pena de muerte o la eutanasia, estarían fuera del voto católico, así mismo los que promuevan el matrimonio igualitario o el aborto. En el esquema actual los partidos hicieron coaliciones y unieron los contrarios. Serpientes mordiéndose la cola. El elector la tiene compleja. Quien desee votar por Anaya (PAN-PRD-MC) deberá considerar que el PRD ha promovido el matrimonio igualitario y el aborto en diversos estados. Quien desee votar por Andrés Manuel López Obrador (Morena-ES-PT) encontrará que el PT propuso despenalizar el aborto en el Estado de México. Igualmente los que deseen votar por Meade (PRI-PVEM-NUEVA ALIANZA) encontrarán que el Verde propuso la pena de muerte y el PRI la despenalización del aborto en Guerrero y en la ALDF (CDMX). Sin contar la complejidad de propuestas en torno al matrimonio igualitario y la diversidad sexual.

 

 

El mensaje de los obispos deja en claro que no existe ningún “voto católico” corporativo. Lo que existe es la libertad del ciudadano y sólo él decidirá “en conciencia”, qué tipo de país quiere para sí y para sus hijos. Es un voto laico en el sentido pleno de la palabra. El católico, debe sentarse a discernir, informando a su conciencia quién es el mejor candidato para sacar al país de la emergencia en que se encuentra. Lo mejor de este comunicado está en que se llama a la ciudadanía a votar. En conciencia el fiel católico debe votar. Es un imperativo moral. No cabe el abstencionismo en el código moral cristiano del que hablan los obispos.

 

 

 

 

¿Qué candidato da más garantías de crear mejores ciudadanos y de construir una patria más libre y soberana? ¿Qué candidato puede y quiere realmente disminuir y aún abatir la corrupción cínica de la clase política? En palabras del cura Hidalgo, ¿qué candidato podrá derrotar al “mal gobierno” que seduce al pueblo para saquearlo con su “insaciable codicia”? ¿Cuál tiene y puede realizar las mejores propuestas de desarrollo económico, democracia real y libertad de creencias?

 

 

El ciudadano para elegir, también debe considerar la historia. Vota por quien quieras, pero vota.

 

 

Mtro. Roberto Valencia
Filósofo y Teólogo
www.parroquiadesanmarcos.com