Pandemia disparó al 100% explotación infantil en Tabasco

Activistas piden sensibilidad al gobierno para atender problemática

La pandemia de COVID-19 disparó en más del 100 por ciento los casos de explotación infantil en Tabasco, puesto que en su mayoría los casos son cometidos por quienes integran el entorno inmediato de los menores, afirmó la Asociación Civil “Aldea por los Niños”.

La presidenta del colectivo, Alejandra Arias Gómez, señaló que el encierro generado por el confinamiento fue contraproducente para los infantes y el entorno en el que habitan.

Sostuvo que fue generalizado el aumento de casos donde fueron vulnerados los derechos de niños y adolescentes.

En entrevista con Telereportaje la activista explicó que la crisis sanitaria ha impactado en muchos factores a la sociedad y han sido los menores la población que han quedado más indefensa.

“Justamente esta situación que ha generado no solamente un encierro prolongado, ha propiciado el desempleo de los adultos, de las personas relativamente jóvenes ha impactado en la infancia porque muchos niños que anteriormente iban a la escuela y que al no tener tampoco posibilidades de tener acceso a una computadora o al internet han sido prácticamente obligados a trabajar. 

“Tenemos reportes como asociación civil de que un muy alto porcentaje de niños que anteriormente acudían a la escuela se dieron de baja e ingresaron a las filas del empleo, de hecho organismos internacionales han documentado esta situación acerca del índice tan importante de niños que han desertado del sistema educativo para engrosar las filas de un empleo, por cierto, mal remunerado”, dijo.

Agregó que Aldea por los Niños ha documentado en 20 meses diversos casos de explotación infantil laboral, sexual y física.

Expuso que en el caso de la explotación laboral, pese a que la Ley General de Niños, Niñas y Adolescentes y la propia Constitución prohíben que menores trabajen, cada vez crece más el número de quienes son obligados a convertirse en empleados, muchas veces, de sus propios padres o familiares.

“Básicamente lo que hemos documentado como organización civil es una mínima parte en comparación con lo que realmente se está gestando. Un ejemplo es que en una colonia irregular de Ciudad Industrial, en la que hemos trabajado con algunas brigadas, antes del periodo de la pandemia habían alrededor de 50 niños en condición de trabajo infantil, vendían tortillas, aguas, pero durante el periodo de la pandemia que aún continúa esta cifra se incrementó a 110 niños que es el que tenemos en el padrón.

“Entonces en diversas colonias, comunidades rurales e indígenas hemos registrado este mismo fenómeno, este mismo incremento. Estamos hablando que como promedio la explotación laboral también se disparó en más de un 100% porque esta muestra, un reflejo de lo que está sucediendo a nivel estatal”, comentó.

Arias Gómez puntualizó que ha sido nula la respuesta de las autoridades para combatir la explotación en menores, pese a que el resto de entidades en el sureste actuaron de manera preventiva al vislumbrar un panorama complicado.

Recalcó que las autoridades en ocasiones no actúan por desconocimiento del marco normativo, pese a que cuentan con el presupuesto etiquetado.

“Estamos en cero de nueva cuenta en estrategia de prevención, en programas, en políticas públicas, estamos en cero. En comparación con otros estados de la república como Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Chiapas durante la pandemia activaron estrategias de prevención respecto a la violencia infantil y explotación y Tabasco se quedó sentado. El gobierno de Tabasco y ayuntamientos se quedaron sentados y todos aquellos organismos relacionados con la protección de la infancia, es preocupante.

“De acuerdo a lo que establece la Ley General de Niños, Niñas y Adolescentes y la propia Constitución esto se llama violencia institucional, esto no es negligencia, no es tan fácil como decir que los gobiernos estatales y los municipios definitivamente se quedaron sin hacer nada, esto es una forma de violencia, es violentar por omisión a los niños que se encuentran viviendo esta situación de abuso dentro de sus hogares”, apuntó.

Lamentó que pese a que asociaciones como Aldea por los Niños tienen identificadas las zonas específicas de mayor incidencia, existe cerrazón en los tres niveles de gobierno para actuar y generar estrategias.

“Si caminamos en la zonas o áreas que tienen la mayor estadística de violencia contra la niñez no vamos a encontrar nada, no vamos a encontrar un solo programa a excepción de las becas que está otorgando el gobierno federal, fuera de ahí no se va a encontrar ningún programa preventivo de la violencia infantil y a las pruebas me remito.

“Cualquier comunidad con un alto índice de marginación, de pobreza, de desempleo no van a encontrar ningún programa preventivo”, expresó.

Afirmó que Tabasco es el peor estado del sureste para la infancia porque no hay políticas, programas, estrategias de intervención, además que no hay personal especializado para brindar atención.

Urgió por implementar un sistema de protección a la niñez realmente efectivo.

“Es otra forma de violencia, es un viacrucis, es un infierno para los niños porque aquí hay una mala actuación de los organismos como el CAMVI que pertenecen a fiscalía y que es por los que por ley deben de otorgar justicia pronta, expedita y sobretodo con atención al interior superior de la infancia.

“Hemos recibido múltiples quejas de qué CAMVI prolonga el viacrucis respecto a todo el procedimiento que enfrentan los niños para dar sus declaraciones, que hace una muy mal integración de las carpetas de investigación, que no tiene personal especializado. Me parece que sólo hay dos psicólogos en el CAMVI para una población de casi 600 mil niños en Tabasco”, comentó.

Por último, conminó a las autoridades a ser sensibles ante la situación que enfrentan miles de niños, pues aseguró, la falta de estrategias no permite incluso contabilizar de manera exacta la cantidad de infantes que sufren explotación.