Sólo ropa, televisión y documentos oficiales rescataron familias refugiadas en albergues

Sólo ropa, televisión y documentos oficiales, fueron algunas de las pertenencias que familias damnificadas lograron salvaguardar tras las fuertes lluvias de las últimas horas en la entidad.

Durante un recorrido de “Telereportaje”, en el albergue temporal ubicado en el CENDI “Julieta Campos” de Atasta, platicamos con algunos de los afectados, quienes nos contaron las peripecias que sufrieron para poder salir de sus casas, desde hace cuatro días.

Una de las refugiadas, Sthepany Maritza, del sector Monal segunda sección de Gaviotas Sur, manifestó que prefirió salir antes de su casa, para evitar lo que les ocurrió en el 2007, cuando perdió todo.

Otra de las damnificadas, Elvira Hernández, de la misma colonia Gaviotas, dijo haber pensado que no iba a ser necesario salirse de su casa a como lo hizo en el 2007, pero, comentó que las fuertes lluvias y el pronóstico de la Conagua, la pusieron en alerta. 

“Ya nosotros llevamos tres días, para cuatro, yo vengo del Monal segunda, yo salí con el agua a la rodilla de ahí de mi casa, no nos dio tiempo de sacar nada, porque a pesar de que en el 2007 no creímos que volviera haber algo parecido, con trabajo lo que pude sacar fue una televisión y un ventilador, pero de ahí en fuera yo no saqué nada”, explicó. 

Por su parte, Rocío del Carmen Pérez de la Cruz, señaló que por las prisas, logró solamente salvaguardar sus documentos oficiales, pero olvidó sus medicamentos para hacerle frente a la hipertensión y diabetes que padece.

“Salvamos papeles, salimos con los niños, yo no saqué ni mi medicina porque no me dio ni tiempo, ya me están atendiendo porque tengo problemas de diabetes y soy hipertensa, y como dice la señora, aquí nos estamos medio levantando apenas de la inundación fuerte, y estamos viendo cómo nos va a ir con esta, pero ahí estamos”, expresó. 

A decir de las personas que se encuentran en refugios temporales, para ellos siempre ha sido complicado alejarse de sus casas, ya que mayormente dejan sus pertenencias y desafortunadamente los “amigos de lo ajeno” se las llevan.