Universidad Olmeca entrega Honoris Causa a Carmen Pellicer y Jorge Gaspar

Por sus destacadas trayectorias en los campos de la educación y la salud

Por su destacada trayectoria en la pedagogía y la medicina, la Universidad Olmeca de Tabasco entregó este viernes el grado de Doctor Honoris Causa a la española Carmen Pellicer Iborra, y al mexicano, Jorge Gaspar Hernández.

La ceremonia se realizó en un hotel de la ciudad de Villahermosa.

En este sentido, el rector de esta casa de estudios, Emilio de Ygartua y Monteverde, expuso que tanto Carmen Pellicer Ibarrola y Jorge Gaspar Hernández han sobresalido cada uno en su área, por ello los consideró “ejemplos vivientes” de lo que es trabajar con pasión. 

Tras el acto de investidura, Carmen Pellicer, quien dirige la Fundación Trilema, dedicada a la educación y la investigación, agradeció esta distinción de una universidad que lleva el nombre de la cultura Olmeca. 

“Es un honor recibir este Doctorado Honoris Causa de la Universidad Olmeca, que toma su nombre de una civilización madre como bien vi esta mañana en su estupendo Museo de Antropología de mi tocayo Carlos Pellicer, gran sorpresa para mí al llegar hoy a su tierra, una civilización madre que supo combinar el conocimiento y la espiritualidad y supo morir para dar vida a muchos otros pueblos que tomaron esa sabiduría para poder repartirla y compartirla. Por eso esta noche hago honor a esa historia que ha fructificado en mi vida profesional y personal”, dijo.

La también escritora precisó que la familia es la primera educadora, por ello destacó la importancia que tuvo su madre, así como algunas de sus maestras, al mencionar que se formó en un colegio de religiosas. 

“Quisiera pensar que es por haber impulsado el tratamiento de enfermedades del corazón, no con cirugía, sino con el empleo de catéteres, la actividad ahora llamada cardiología intervencionista, que desde luego fue a partir del Instituto Nacional de Cardiología que la promovimos para ser especialidad de posgrado en la UNAM en el año 2000 y poco después que fuera reconocida como alta especialidad por el Consejo Mexicano de Cardiología. Digo que quisiera pensar que fue por eso, ya que requirió trabajar con convicción y con perseverancia por años en una cuesta arriba sembrada de incredulidad generalizada y de colegas detractores hasta triunfar en beneficio de muchos pacientes a los que se ha evitado que tengan que ser operados del corazón”, manifestó.

En este sentido, citó los avances y los beneficios que ha tenido este procedimiento, el cual dijo, ha ayudado a quienes padecen del corazón, para evitar que lleguen a la cirugía.

“Cuando a mi regreso de Estados Unidos empecé a ejercer la cardiología intervencionista, el tratamiento de los pacientes con obstrucciones de las arterias coronarias, esas que provocan angina de pecho o infarto del corazón y que no respondían a medicamentos, el 94% de ellos eran operados y solo el 6% restante se les indicaba tratamiento mediante procedimientos con catéteres que se llama angioplastia coronaria. En el presente, con la propagación de esta técnica, solo el 15% de los pacientes requieren cirugía y el 85% restante se benefician con la angioplastia, procedimiento con el cual se puede dar de alta del hospital incluso el mismo día en que se realizó el tratamiento”, resaltó.

Al evento acudió la secretaria de Educación, Patricia Iparrea Sánchez, en representación del gobernador Javier May Rodríguez, donde destacó la importancia que tiene el Doctor Honoris Causa, y que, además, refirió que en el caso de la doctora Carmen Pellicer Ibarrola, su pedagogía es similar a la Nueva Escuela Mexicana.

“Me honra acompañarlos en esta ceremonia solemne que celebra la excelencia, la vocación y el compromiso con la transformación del conocimiento y de la vida humana. Otorgar un Doctorado Honoris Causa es reconocer una trayectoria de servicio, de pensamiento y de entrega, es celebrar a quienes han hecho de la ciencia, la docencia y la investigación, no solo una profesión, sino una forma de trascender a través del bien común. Por ello, este acto académico es más que un reconocimiento individual, es un mensaje de esperanza y de responsabilidad colectiva. Es una invitación a seguir construyendo desde la docencia, la ciencia y la investigación, una educación más humana, más incluyente y transformadora”, comentó.