Mujeres sordas tienen dos veces más probabilidades de sufrir violencia doméstica
Encuentran obstáculos en su intento por denunciarlo al no poder comunicarse con las autoridades directamente
Los datos más recientes de la Comisión Real sobre Violencia, Abuso, Negligencia y Explotación de Personas con Discapacidad indican que cuatro de cada diez mujeres con discapacidad en Australia han vivido violencia física, una tasa 14 puntos más alta que la que viven las mujeres sin discapacidad.
Sin embargo, el riesgo de violencia doméstica varía dependiendo del tipo de discapacidad que se tiene, explicó Vanessa Letico, profesora de Criminología y Oficial Superior de Políticas de la Universidad de Victoria en Australia en un artículo para The Conversation.
Las investigaciones muestran que las mujeres sordas tienen el doble de probabilidad de experimentar violencia doméstica, en comparación con mujeres sin discapacidad auditiva.
Además, los reportes de abuso físico y sexual son hasta 20 veces mayores en el caso de las personas sordas en comparación con personas oyentes.
Los perpetradores de estas violencias usan la discapacidad auditiva como un arma que aumenta la vulnerabilidad de las víctimas, incrementa las barreras de reportar los hechos a las autoridades y disminuye su credibilidad, explicó la autora.
Cuando el perpetrador es una persona oyente ocurre un desequilibrio de poder que se conoce como privilegio de audición.
La violencia considera, además de abusos físicos y sexuales, la destrucción, retención o daño de dispositivos como implantes cocleares, audífonos y otras ayudas que, al no estar disponibles, dejan a las víctimas aisladas.
La pérdida del equipo de comunicación también afecta la habilidad de las víctimas para trabajar -en un entorno de ofertas limitadas para pcd auditiva-, lo que incrementa la dependencia financiera hacia quien les violenta.
A ello hay que añadir la dificultad de interponer denuncias.
"Dado que la mayoría de agentes de policía no dominan la Lengua de Señas Australiana, las víctimas pueden retrasar las denuncias hasta que tienen la manera de comunicarse en sus términos", detalló Letico.
La condición de sordera también influye en la violencia física. Las víctimas oyentes son lastimadas en áreas del cuerpo que pueden ser cubiertas con ropa para esconder la violencia, mientras que en el caso de víctimas sordas se ha encontrado más probabilidad de daño en dedos, manos, muñecas y brazos.
Ese tipo de heridas dificultan o impiden el uso de la lengua de señas, que para mucha gente sorda es su lenguaje primario.
Cuando alguien nota estos signos de violencia doméstica puede reportarlo -siempre que sea seguro tanto para la víctima como para quien denuncia-, la policía tiene un rol importante en el que debe ser consciente de las tácticas de manipulación que usan los perpetradores, resaltó la investigadora.
Estudios realizados en Estados Unidos mostraron que la alta probabilidad de que la policía confíe en un perpetrador de violencia como intérprete de una víctima sorda, lo que desvirtúa su testimonio y permite al violentador replantear la narrativa e incluso mostrar algún evento violento como accidente.
Ello pone en relieve la importancia de que la policía separe a las partes de una denuncia de hechos violentos y que la persona sorda cuente con un intérprete calificado.
"Es necesario que haya mayor conciencia pública y empoderamiento para apoyar a las víctimas. Los protocolos de la policía para tratar incidentes de violencia doméstica en casos de personas sordas también deben revisarse regularmente para abordar el privilegio de audición y sus implicaciones para la credibilidad de las víctimas", concluyó el artículo.
Esta información fue publicada originalmente en http://yotambien.mx/un portal sobre discapacidad inclusiva Short Link: https://is.gd/8g5uYJ