Ahora más que nunca necesitamos tener una personalidad valiente

Ahora más que nunca necesitamos tener una personalidad valiente
Foto: Alfonso Cerezo en Pixabay

Educar es convertir a alguien en persona y ser persona es sacar lo mejor de uno mismo; condición indispensable para alcanzar la reciprocidad con los otros. Uno puede mejorar en cualquiera de los argumentos básicos que sustentan la personalidad y articulad una tupida red de influencias mutuas: físico, psicológico, social y cultural. Cualquier alteración o enfermedad que afecte uno de estos planos cambia a la persona, lo mismo que la influencia social determina muchas conductas con su efecto. En general, los tipos de personalidad son considerados normales, pero en la medida en que se van haciendo desadaptativos, negativos en insalubres darán lugar al correspondiente trastorno de personalidad.

Hoy nos ocuparemos de analizar una personalidad, la valiente. La elegí con el fin de destacar los rasgos que podemos agregar a nuestra forma de ser y superar los miedos ante la contingencia sanitaria que vivimos. 

La personalidad valiente actúa con coraje, arrojo y decisión ante determinadas situaciones que se presentan en la vida. Esta forma de ser guarda una estrecha relación con otras virtudes del carácter como la audacia, osadía, determinación y arrojo. Muchas personas con visión se paralizan ante el primer obstáculo, y pronto se les apaga el entusiasmo inicial. Los más nobles ideales, y las más notables intenciones pueden quedar en el olvido cuando no se ejecutan, es en esos momentos en los que se requiere una gran dosis de valentía. Ser valiente nos hace tomar decisiones de una forma consciente y responsable, conociendo los riesgos y asumiendo los resultados tanto positivos como negativos de dichas acciones. En la toma de decisiones encontramos la mayor oportunidad de ejercer nuestra libertad y valentía. 

Para ser valiente se requiere poseer una gran fuerza de voluntad.  Albert Einstein expresó “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. La voluntad es una poderosa energía que transforma sueños y metas en éxitos y realizaciones. Es momento de luchar, volver a replantear metas, encender ese motor, ponerle gasolina y volver a arrancar en una nueva etapa de nuestras vidas. La época de salir a hacer una vida responsable, cuidadosos del contagio, pero tratando de hacer una vida normal.  Hay que tener la motivación necesaria para salir de la zona de resguardo los que tenemos que trabajar fuera de casa y seguir con la actividad de la que vivimos. Hagamos uso de esa energía interior que impulsa a la acción, y mueve las montañas de temores, de problemas y de preocupaciones. Con una fuerza de voluntad inquebrantable las personas valientes hacen lo que otros no han hecho y llegan donde otros no han llegado. 

Para recuperar un poco nuestra economía y volver a las finanzas sanas, tenemos que superar riesgos y explorar caminos y métodos nuevos o desconocidos. Utilicemos los recursos que sean necesarios y a ser más visionarios.  Es necesario superan nuestros propios temores y dificultades. Tomemos riesgos calculados, y tratemos de vencer la inacción y la indecisión, actuando con responsabilidad, siguiendo las medidas sanitarias.  Todos tenemos nuestros propios temores. El miedo se puede convertir en una serie de fantasmas mentales, nos asustamos y vivimos con zozobra hasta de cosas que quizá no nos van a suceder, pero nos paralizamos e intimidamos. Actuemos diligentemente a pesar de la duda, del temor y de las preocupaciones; yendo siempre hacia delante con una actitud de gran energía y valor. Si logramos tener seguridad y confianza interior poniendo lo que esté de nuestra parte, podremos ejecutar nuestros proyectos y objetivos de vida

Suelen pensar y actuar los valientes, siguiendo su intuición y sus propios criterios. No se dejan influenciar fácilmente por los demás, no siguen al rebaño, y se mantienen firmes y decididos ante sus propias actitudes, convicciones y creencias. Las personas valientes no son sólo aquellas que realizan hechos heroicos o valerosos, sino quienes demuestran una actitud de coraje ante las diversas situaciones de la vida, siguiendo el dictamen de su razón. 

Es cualidad indispensable de la gente valiente manejar en forma responsable e inteligente el riesgo. Son hombres y mujeres de valor que toman decisiones sin mostrar temor a equivocarse. No es que se lancen a la acción sin reflexionar sobre los peligros y las posibles consecuencias negativas de sus actos; sino que antes de tomar una decisión reflexionan, analizan y toman riesgos calculados, siempre pensando en obtener resultados positivos. La gente valiente no se deja afectar por la crítica y a las opiniones diversas de las otras personas. Reconocen que al avanzar, prosperar y alcanzar objetivos personales, muchas veces van a ser objetos de críticas y juicios sin fundamentos, pues hay gente que no se atreve, pero juzga. 

Sin duda hemos escuchado esta frase: “es de valientes reconocer el error”. La gente realmente valiente asume sus propios fallos, errores y equivocaciones. Las mujeres y hombres valerosos están dispuestos a asumir la responsabilidad de sus errores porque consideran que es de humanos errar y aprender de las equivocaciones. Hay personas con actitud cobarde al no reconocer de los propios errores y culpar a otros, esto se debe a un exceso de ego, orgullo y arrogancia. La gente valiente sabe enmendar sus errores, y ofrecer disculpas si la situación lo amerita. También es una actitud destacada de las personas valientes defender lo que ellos consideran que es justo, correcto y honrado; sin importar si pierden protagonismo y popularidad. La gente genuinamente valiente defiende a los demás, a las causas y a las instituciones que promueven la libertad, justicia y hermandad. Tratan no de complacer y quedar bien delante de otras personas, sino de ser equitativos y justos. 

La gente valiente actúa de manera consciente, firme y decidida ante las diversas circunstancias que afrontan en su vida. Son sujetos que no se paralizan ante las condiciones atemorizantes, sino que actúan con determinación y osadía para cumplir sus sueños y metas personales. De igual manera, esta clase de personas no se dejan llevar por los impulsos y las emociones para tomar una decisión. En cambio, utilizan la racionalidad para actuar en forma correcta y adecuada. Los hombres y las mujeres valientes asumen su vida con coraje y con la esperanza de conseguir sus grandes ideales y anhelos. Además, vencen sus propios temores con una acción continua y diligente, siguiendo sus más nobles principios y valores morales. 

"Ruego que tengan coraje; el alma valiente puede reparar incluso el desastre"(Caterina la Grande). Buena conclusión. Saludos y ánimo.

Psic. Sara Leticia Campos Ch. Torre Médica Av. Méndez 1110 Segundo piso Tel 9933141178 y Cel 9931498830 



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