Que paguen más, los que más tienen. Ya era hora

“Lo único seguro en este mundo es la muerte y los impuestos”, dijo Benjamin Franklin, presidente de los Estados Unidos, y no estaba equivocado, todos los gobiernos, sin importar su postura ideológica, se sostienen de los contribuyentes. 

Ahora bien, en el ideario de una sociedad más equitativa, soportada en una distribución de las riquezas, las rentas y los ingresos, emerge el espíritu redistributivo de la política fiscal, que no solo debería lograr que el gobierno se haga de más recursos, sino que esos recursos vengan en escalada donde quienes más ganen, contribuyan más. En la intención y la normalidad de la mayoría de los países, ese parece ser un principio central, pero en términos reales, esto no necesariamente ocurre.  Por el contrario, muchos países, las cúpulas empresariales que conforman un grupo  selecto, generalmente terminan pagando mucho menos de lo que deberían. 

En México, además de ser un país de baja recaudación y como consecuencia, de bajo nivel de ingreso público, ha existido históricamente la suspicacia de que ciertos grupos empresariales o empresarios cercanos a gobiernos en turnos, no pagaban impuestos. Incluso el presidente López Obrador, desde los años 90’s con el tema del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA), aseguraba, que no solo se había dado un rescate, sino que con dinero público, se les habían reintegrado inmensas fortunas a los banqueros (privados).

Así por décadas, el poder político al servicio de un grupo de poder económico, hicieron justo lo que no se debe hacer según las teoría económica, beneficiar a los que más tienen, en perjuicio de los que menos tienen. Este escenario no solo se refiere a las personas, en realidad pasa por una economía con un mercado concentrado, lleno de monopolios y oligopolios, que controlan (con la complacencia del gobierno), varios sectores económicos clave como: sector financiero, transporte aéreo, terrestre, telecomunicaciones, por mencionar algunas. 

Ahora, se ha puesto énfasis, en que los grandes contribuyentes paguen (ni más, ni menos) lo que debe ser en función de sus ingresos y ganancias, por lo que el magnate Carlos Slim no puede ser un caso omiso para formar parte en la recaudación, que el presidente Obrador ha puesto como prioridad durante su sexenio, teniendo en cuenta que dentro de sus subsidiarias se encuentran dos marcas de gran peso en el sector de las telecomunicaciones como Telcel y Telmex, de manera que American móvil indicó el pago de 8 mil 289.9 millones de pesos por el concepto de ISR ante el SAT.

Ya ha habido acciones y hace unos meses se dio a conocer una lista de personas físicas y morales, con adeudos y condonaciones millonarias, en lo que se integra la compañía millonaria Alsea, que es la operadora en México de restaurantes y cafeterías como Starbucks, Domino’s Pizza, P.F. Chang’s, entre otras; en conjunto con la tienda departamental WALMART por concepto de impuestos, multas, recargos, actualización, compra y venta de Vips.

Recién, se dan a conocer que el Gobierno de México, mediante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), emprenderá acciones para que paguen lo que se debe las grandes empresas captadoras de grandes capitales.

Aquel buen rostro, designada en diciembre y ratificada en enero como titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), tiene como uno de sus objetivos principales en el SAT alcanzar más recaudación fiscal en el país, que ayudarán en la implementación de las políticas económicas que el gobierno federal invertirá para generar mejores condiciones de vida en la sociedad; en los últimos días esto se ha visto de mayor manera en las grandes empresas contribuir de manera clara.