Último vendedor de agua de pozo en Tabasco vive en Mayito

En la casa marcada con el número 110 del callejón de “Los Aguadores” en la colonia Mayito, vive Alberto Enrique Silván Morales, el último vendedor de agua de pozo en Tabasco.

Contó que esta aventura la empezó siguiendo los pasos de Samuel Beaurregard, quien era su tío, y además fue conocido como el primer aguador de este afamado callejón, quien en los años 40 comenzó con la construcción del pozo para después dedicarse a la venta de agua en lata, la cual transportaba en una carreta jalada por un caballo.  

“El finado mi tío Samuel Beaurregard era el que hizo la leyenda del pozo, él hizo su pozo, aquí vivía él y el empezó con la venta de agua de pozo, exactamente, fue el primer aguador del callejón”, expresó.

Relató que actualmente solo vende entre 15 y 20 garrafones que transporta en su triciclo, principalmente lo hace por la colonia Municipal, Mayito y Centro, aunque ya no recorre tantas calles, pues ya los años no se lo permiten. 

“Soy el único, quisiera yo dar la talla, soltarla, pero la gente a veces me pide porque a veces se va el agua y ya me compran, me hablan por teléfono y tengo que surtirle, llevárselo a su domicilio, más allá del negocio es una responsabilidad, exactamente, pues le voy a ser franco, ahorita cuando mucho me puedo vender 20, de ahí no pasa, porque le vuelvo a repetir, hay mucho consumo, mis compañeros prefieren comprar el agua rellenable, yo paso y a veces no están en su casa, se fueron a trabajar y yo nada más doy dos vueltas”, dijo. 

Dijo que su agua se encuentra completamente limpia, se filtra desde el subsuelo y además pasa por otro filtro antes de llegar a los garrafones, además de que es supervisado por la Secretaría de Salud, pero sobre todo afirmó, tiene un sabor peculiar y quienes la consumen prefieren esta que el agua embotellada, pues incluso se cree que tiene propiedades curativas. 

“Pero esta agua es muy sabrosa, para la gente que me conoce a mí prefieren esta, bueno, especialmente puros clientes del finado Samuel Bourregard, bueno qué le diré, el sabor y que está fresca, es saludable a través de todo que es muy limpia el agua, que a donde va el agua la agarra la gente porque es muy saludable esta agua”, dijo. 

Y es que don Alberto Silván contó que seguirá vendiendo esta agua hasta el fin de sus días, esto como un homenaje a su tío y para honrar su memoria, así que si usted lo ve por la calle, dese la oportunidad de tomar esta fresca agua de pozo.

Con imágenes de Jorge Rosique.