Vasectomía ¿de moda en Tabasco?

Vasectomía ¿de moda en Tabasco?
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La vasectomía es un método de esterilización voluntaria que pone su atención en el varón. Es una cirugía menor que interrumpe los conductos deferentes, impidiendo que los espermatozoides lleguen al semen, de esta forma, el semen se eyacula sin espermatozoides. Pone fin a la fertilidad masculina permanentemente. Los efectos secundarios son mínimos, tras los cuales el varón vuelve a su actividad sexual sin disminuir su potencia sexual ni la intensidad de placer.


Hasta hace unos años era la mujer en la que recaía la responsabilidad, misma que por otros métodos como el Diu, la “t” de cobre, y el ligamiento de sus trompas, alcanzaban el objetivo de la planificación familiar. Muchas mujeres sufrieron a causa de los efectos secundarios de estas prácticas. Posteriormente arribó la era de los anticonceptivos, la pastilla del día siguiente, el gel espermicida, los condones, etc.

Desde luego que el ideal de una pareja es el auto respeto y autoconocimiento de su cuerpo a través del método del ritmo, pero sabemos que muy pocas la practican.

Las parejas encuentran dificultad para encontrar el método adecuado para formar una familia idónea de acuerdo a sus valores y a sus creencias religiosas. La vasectomía hasta hace pocos años era muy poco practicada en Tabasco. La Secretaría de Salud informa que cada vez más hombres han comprendido los mínimos riesgos para la salud y los grandes beneficios que pueden experimentar al practicarse este método de esterilización voluntaria.

Los principales problemas éticos son: la pareja debe estar de acuerdo y en completa comunión ya que no es reversible. Deben existir condiciones de simetría entre los afectados y estar abiertos a toda la información de su salud, de sus convicciones religiosas y morales, además de las consecuencias para la familia. Debe realizarse en un ámbito de absoluta libertad, sin coacción de ningún tipo. Ningún médico puede practicar el procedimiento fuera del consentimiento expreso del paciente.

En el ámbito de le ética cívica, la vasectomía se comprende dentro de la “ética de la responsabilidad”. Supone un grado elevado de educación sexual y conciencia ciudadana cuando un ser humano, valorando su entorno comunitario inmediato, sus posibilidades económicas de manutención y el deseo de su pareja, toma la decisión. De ningún modo se toma una decisión como esta a ciegas.

Max Weber prefiere esta ética a la de la “convicción”. La “ética de la responsabilidad” supone que el ser humano desea con sus acciones transformar el mundo, intervenir en la historia y se “siente” con ese poder, una vez reflexionadas las consecuencias de una esterilización voluntaria. La vasectomía según Weber, no puede ser una acción injusta y moralmente incorrecta, si parte de una ética de la responsabilidad.

El primer elemento que habrá que considerar es que la persona que toma la decisión sea libre. Si bien no se establece una edad mínima para el procedimiento, incluso hay adolescentes que solicitan desde los 16 años hacerse la vasectomía. No hay edad máxima. Sabemos que los varones una vez madurados sus órganos genitales, producen esperma toda la vida, incluso en edad avanzada. En casos de adolescentes, no es recomendable, salvo por situaciones graves que incidan directamente en la salud reproductiva; ante la cual la vasectomía se convierte, no en un bien esperado, sino en un “mal menor”.

Siempre es recomendable que se informe a la pareja. No es deseable que una decisión que afecta a ambos sea considerada secreta. Es una situación íntima, que afecta el futuro de la relación, el dinamismo de la pareja y la familia entera. Incluso intervienen aspectos hereditarios y de religión que es preciso considerar.

El médico practicante debe cerciorarse que el candidato a la esterilización tenga la información completa respecto a los métodos alternativos a la vasectomía, las consecuencias de irreversibilidad y asegurarse de que su consentimiento es libre y responsable, mediante una aprobación escrita.

No es éticamente correcto practicar la vasectomía a las personas con discapacidad o carencia de discernimiento, enfermedades mentales por el hecho de su condición, como síndrome Down o autismo. Todas las personas tienen a salvo sus derechos de salud sexual y reproductiva; ningún tercero puede o debe decidir por ellos. Practicarla sin el consentimiento del afectado y sus familiares, puede incluso considerarse un atentado a sus garantías individuales, discriminación o racismo.

Las religiones expresan diversidad de posturas al respecto. La religión mayoritaria es el catolicismo y le siguen una pluralidad de denominaciones cristianas. Para el catolicismo la vasectomía atenta contra los valores básicos de la cultura y la familia, del mismo modo que se opone a los anticonceptivos, pastillas, preservativos. Para los católicos el único método moralmente válido es el del ritmo, del calendario o “Ogino-Knaus”; si bien, casi ningún católico lo conoce o practica.

No obstante la ética católica, advierte que cualquier otro método de esterilización o anticoncepción, podría derivar en serios abusos contra la gente de menos cultura, los pobres y desvalidos; como de hecho ha ocurrido en México por ejemplo en Chiapas donde durante años se esterilizó sin su consentimiento a mujeres indígenas ligándoles las trompas después del parto. La iglesia católica consiente la esterilización con fines terapéuticos exclusivamente, por ejemplo, extirpar un tumor u órgano enfermo que cause alguna enfermedad y que aconseje la esterilización.

Los católicos, encuadran el problema de la vasectomía no en un tema de salud reproductiva, sino en el ámbito del amor de pareja, los fines del matrimonio (la reproducción humana), la vocación al amor y la intervención del ente divino en un plan de Salvación de la creación entera, aceptando a los hijos que Dios mande. La iglesia reitera que el ser humano es administrador responsable de su persona y de su cuerpo, PERO NO ES SU DUEÑO ABSOLUTO.

Otras denominaciones cristianas coinciden con este punto. Recordemos que según la moral cristiana, la reproducción es un don divino. La eyaculación debe darse siempre en el “vaso natural”, es decir, la vagina. Fuera de éste incluso, es considerado “coitus interrumptus”, otros moralistas lo consideran “onanismo”. La práctica de la interrupción del coito es una de las causales que de hecho ha provocado la nulidad matrimonial ante la Santa Sede, por considerarse contraria a una de las finalidades del matrimonio que es la fecundidad.

La libertad de conciencia es la máxima que en estos casos debe considerarse. El sujeto que tomará la decisión de practicarse la vasectomía, lo primero que tiene que hacer es informarse, después meditar en su conciencia los pros y contras de su decisión, finalmente según sus convicciones religiosas confrontar su deseo con los deseos de su Dios, y tras un tiempo de meditación tomar la decisión que sea más saludable y le ayude a realizar su vida y matrimonio lo más felizmente posible.

Más importante que la sexualidad, es el amor. Sin amor, la sexualidad no se realiza plenamente. Mi maestro decía “Es más fuerte ser mortal, que ser sexuado”. Quien logre comprender este adagio, sabrá tomar la mejor decisión.

El Centro de Salud Maximiliano Dorantes, tiene una atención de consejería y el servicio médico propicio para quien desee más información. Por cierto, las consultas y el procedimiento son completamente gratuitos.





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