Con la Resurrección, Cristo nos vuelve a recrear y purificar: Obispo de Tabasco

Desde la Catedral del Señor de Tabasco, el obispo don Gerardo de Jesús Rojas López, presidió la Vigilia Pascual, donde bautizó a 11 catecúmenos 

La celebración inició con la bendición del fuego nuevo en el atrio de la Catedral, para luego iniciar la procesión al interior del recinto, dando paso al Pregón Pascual y a las siete lecturas marcadas para este Sábado Santo.

Tras entonar el Gloria, se encendieron las luces de la Catedral y se procedió con la Liturgia de la Palabra y en su homilía, el jerarca católico indicó que con la resurrección, Jesús nos recrea y nos vuelve a purificar.

"Cristo Jesús con la resurrección, nos vuelve a recrear, nos vuelve a purificar, nos vuelve a bendecir, que es uno de los signos de esta noche, no solamente el fuego y la luz, sino también el agua, el agua que nos injerta en el pueblo de Dios, en la Iglesia de Dios. Nosotros sabemos que el sepulcro está vacío, que él está en nuestros corazones", dijo.

Agregó que solamente Cristo puede cambiar nuestras aguas amargas en dulces, si creemos, si le buscamos y le amamos, al comentar que hay quienes pueden asegurar, en la libertad que tienen, que sin Dios son felices, pero señaló, puede ser una felicidad efímera. 

"Alguien pueda decir, sin Dios soy feliz, sin ir a misa soy feliz, sin rezar, soy feliz, es una felicidad pasajera, realmente quien nos da la felicidad total y plena, es Dios, cuando nosotros nos encontramos con él y él con nosotros, como lo hemos cantado hace un momento, es que el Señor es mi refugio, el Señor es mi Dios, el Señor es mi libertador. Dios ha creado al hombre, para darnos vida, para ser felices y para ser libres", añadió.

Monseñor Rojas López destacó que Jesucristo es la luz del mundo, es quien guía al pueblo, por ello pidió que el Resucitado nos renueve y nos transforme.

"Cristo es la luz del mundo, y es lo que nosotros llevábamos en la mano hace un rato, es esa luz que Cristo nos transmite y que es lámpara, él mismo es la palabra de Dios. Es esa columna de fuego que escuchamos ahí, que conduce la vida del pueblo de Israel y nuestro pueblo también. Es aquella que disipa las tinieblas", apuntó.