Batuta y celuloide: el maestro se despide

Parece que el placer derivado de la realización de actividades que uno disfruta, no tienen fin, lamentablemente, todo siempre va en función de nuestras capacidades físicas.

En efecto, como me dijo un amigo dedicado a la consulta y a la medicina: “La vida dura, lo que el cuerpo dura..”, y tratándose de las actividades donde nos involucramos, la máxima aplica en toda regla.

Por esa razón, el hijo pródigo de Italia, aquel carente de estudios formales en piano, que podía ver las notas en su mente y escribirlas sin mayor preparación en los temas de su autoría, ha decidido abandonar el mundo de la música para siempre…¡a los 90 años de edad!

Estamos hablando del legendario Ennio Morricone, del respetado, laureado, admirado e ilustre compositor que ha llevado al cine parte de su genio, de su obra, inmortalizada en filmes como “Malena”, “Por un puñado de dólares”, “Érase una vez en América”, o los increíbles trabajos contenidos en las favoritas “La Misión” o “Cinema Paradisio”.

El gran maestro ha decidido abandonar el mundo de la música después de haber entregado toda su vida a la misma, y ha decidido hacerlo a lo grande: mediante una gira de agradecimiento.

Pocas personas estarían pensando, después de cumplir 90 años, retirarse con una gira internacional, que comprometa su presentación y trabajo en distintos escenarios en países diversos, pero eso es una pequeña muestra de la vitalidad, energía, ímpetu y fuerzas que aún sostienen al gran artista, compositor y director de orquesta.

Su música es regalo suficiente sin duda, pero es innegable que se tiene tanto para agradecerle al maestro Morricone, tanto para aplaudirle, después de su entrega y dedicación a una vida desde la música, que este cierre espectacular, sólo se justifica de la energía que pudiese extraer de los pentagramas, y con un final parecido a los guiones espectaculares de sus mejores filmes.

Después de crear y registrar más de quinientas bandas sonoras para películas y series, al parecer está terminando con la obra más importante de su vida, aquella construida en vivo, con las presentaciones que no ha cesado de realizar en países como Alemania, Hungría, República Checa, Suecia, Noruega, Bélgica, Irlanda, Polonia y evidentemente Italia, como no podía ser de otra forma.

Que sea la vitalidad y el talento de uno de los hijos pródigos de Italia, ejemplo permanente y tangible de que la edad no debe ser limitante para tus sueños, y que noventa años tampoco son suficientes para seguir enriqueciendo a los demás con los dones que resuenan desde tu espíritu.

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