Mas si osare un extraño enemigo

Por Jesús Sibilla Oropesa



Nuestro bellísimo himno nacional, cuya música compuso un español y la letra un mexicano. Himno belicoso y que obedece a ese momento histórico de nuestro país, entre sus estrofas menciona: “más si osare un extraño enemigo profanar con sus plantas tu suelo, piensa ¡oh patria querida! que el cielo, un soldado en cada hijo te dio”.

El verso hace mención a la posibilidad de que algún extranjero nos atacara y mancillara nuestro honor patriótico, o se quiera quedar con otro pedazo de territorio mexicano y de esa manera arenga a los hijos de esta nuestra patria a defenderla con la vida misma, por ello lo de “piensa ¡oh patria querida! que el cielo un soldado en cada hijo te dio”, y aquello de “si el clarín con su bélico acento nos convoca a lidiar con valor”.

Y es que este país a partir de 1821 y no antes cuando estas tierras las habitaban nuestros hermanos los indígenas, antecedente del mestizaje pero no mexicanos porque México no existía; ni cuando los españoles conquistaron a los indígenas que vivían aquí que tampoco era México, porque tampoco en ese momento existía; ni tampoco cuando el virreinato, ya que este territorio que por cierto era mucho más grande se llamaba “Nueva España”; todo esto, antecedente y contexto de lo que después de la independencia de México, cuando Agustín de Iturbide alcanzó la independencia negociando, y sin un solo disparo logró reunirse con Guerrero que combatía perdido en las montañas, y que también logró los tratados de Córdoba para que le reconocieran este país como independiente para así entrar a la capital de la Nueva España junto con Vicente Guerrero, los pocos combatientes insurgentes que quedaban y que él fue a buscar a la montaña, y el ejército realista que ahora él comandaba y que él también se ocupó de convencer y unificar para que esto se diera.

El caso es que nuestro himno, ya creado en el México independiente pero tan influenciado por lo europeo (autores de este les recuerdo un hijo de españoles nacido en México y un español), da cuenta de la necesidad de defender a esta nación de gringos, franceses, ingleses y españoles, y hasta del tal “masiosare”.

Así, tenemos hoy que seguimos cantando el mismo hermoso himno, con la misma patriótica y belicosa letra, pero el tal masiosare me parece que ya no es el mismo, el extraño enemigo si profana con sus plantas nuestro suelo mexicano; no es extranjero, no es realista, no es gobierno dictador, ni gachupín conquistador, ni son gringos imperialistas, ni franceses intervencionistas, ni ingleses oportunistas.

Masiosare si es un extraño enemigo, tan extraño que no lo identificamos plenamente; tan extraño que lo creemos como de casa; tan extraño que ya vive con nosotros; tan extraño que ninguno de esos hijos que Dios le dio a esta patria lo combate frontalmente, ni empuña armas para expulsarlo, ni siquiera se alarma al verlo actuar en contra de nuestra patria; y ¿saben por qué? Porque masiosare si es nuestro enemigo, pero está camuflajeado y además no es extranjero: habla igual que tu y yo, y tiene nuestro mismo acento, color de piel, estatura y herencia cultural.

¡Vaya! que el tal masiosare es mejicano, y canta el himno nacional, y hace honores a la bandera, y vota y es votado, y hasta gana elecciones de diputado y de presidente municipal y de legislador federal y de gobernador y hasta de presidente de la república.

Y se dirán: pero ¿cómo? Ese traidor invasor de masiosare, ¿cómo puede ser y hablar como yo y no me he dado cuenta que está aquí?; y peor, díganme ¿a que horas voté por él? ¡que alguien me diga cómo lo identifico! Es más, propongo que hagamos un plantón o un bloqueo de carreteras para presionar y que sea expulsado de nuestro país.

¡Ay, mi querido mexicano!, si masiosare se va de México, este país se queda semivacío. ¿A poco no te has dado cuenta paisano, que masiosare es un virus que se ha metido en los mejicanos hasta la médula espinal?

Masiosare, ese extraño enemigo, es harto difícil de matar porque se ha convertido en costumbre, en cultura, en moda, en parte de cada mejicano; si, así con jota, como lo escriben los españoles.

Masiosare es la corrupción que practicas, seas autoridad o pueblo; se llama diezmo a la mano que das o que te dan, mordida al policía o agente de tránsito que también das o te dan. Masiosare tira basura a la calle, la hace ver fea y luego incluso se ve atrapado en su cochinada y se inunda al irse la porquería a las coladeras; masiosare también es el ebrio conduciendo y poniendo en peligro la vida de otros, así como el taxista que se para de repente y en cualquier lugar y además cobra más de lo que debe.

Masiosare en resumen, roba, mata, es chantaje, corrupción, prepotencia, influyentismo, falta de civismo, desunión, ignorancia, amiguismo, belicosidad, mentira, engaño, inconciencia, vale madrismo, irresponsabilidad, falta de profesionalismo, negligencia, ineptitud, ambición desmedida y también falta de ambición.

MASIOSARE es pobre y es rico y también clase mediero; es blanco, negro, apiñonado, bronceado y hasta amarillo; es alto y también chaparro, gordo pero también flaco, guapo pero también feo, hombre pero también mujer, tiene buenas maneras y malas también; es priista, panista, perredista, moreno, verde, petista, panalista y hasta sin partido; es pelón y peludo, y también profesa todas las religiones pero además también es ateo.

¿Se dan cuenta que el extraño enemigo es casi imposible de eliminar porque es camaleónico y hasta aceptado por la sociedad, porque está en ti, está en mi y hasta en nuestros hijos?

¿Cómo pues eliminar al tal masiosare si es todos nosotros, si ni cuenta nos dimos en que momento se estableció entre nosotros?

Dice nuestro himno nacional que a la Patria, Dios le dio un soldado en cada uno de sus hijos, pero la bronca es que estos soldados también están infectados por masiosare.

Masiosare destruye matrimonios, familias, honras, civismo, partidos, instituciones, códigos de convivencia, posibilidades de desarrollo, oportunidades de unidad. Todo lo destruye el tal masiosare.

¿Pero saben qué? Si lo podemos eliminar si hacemos un ejercicio de instropección y buscamos y encontramos el virus de massiosare que está dentro de cada uno de nosotros y entonces lo eliminamos. Lo extirpamos de nuestro estilo de vida, lo dejamos fuera de nuestro proceder.

¡Ah! ¿pero solo puedo eliminar al masiosare que vive dentro de mi; el de mi hermano o hermana, primo o cuñado, o hijo, o mamá ellos mismos tendrán que buscarlo, encontrarlo y eliminarlo, es una misión personalísima, y nadie le puede hacer su trabajo a los otros infectados aunque si servirá y de mucho cuando los que portan el virus se den cuenta como actuamos los que decidimos ser esos soldados que Dios le dio a esta patria en cada hijo como reza nuestro hermoso himno, y entonces ellos tal vez puedan hacer este ejercicio de corazón valiente que se compromete consigo mismo y logra ser libre del virus para amarse a si mismo y así poder amar con su trabajo y su servicio y su actitud cívica y altruista a sus hermanos de esta gran patria mexicana.

En nosotros pues está el que masiosare siga viviendo y con ello ese extraño enemigo que ha conquistado y se ha adueñado de nuestra nación nos siga destruyendo, pero tenemos que decidirnos a hacerlo y ya, cada día que pase el extraño enemigo se fortalece y se hace más poderoso, por ello el momento es hoy. O enfrentamos al enemigo con verdadero patriotismo o nos convertimos en traidores a la patria con conocimiento de que lo estamos haciendo.

Tu que me escuchas, ¿qué harás?


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