El Pretexto

Jesús Sibilla Oropesa

Cuando analizo los por qué de los fracasos de nuestro país, y de nuestro Estado, del por qué somos la eterna generación de la crisis, pero además de la crisis que se agrava, concluyo que pareciera que no aprendemos, que todo lo sucedido solo son anécdotas o que lo que ocurrió no fue a nuestra patria, y seguimos igual o peor.
Los gobiernos no aprenden más que a capotear las tempestades económicas, a buscar triquiñuelas para eternizarse en el poder, a ver de qué manera nos desaparecen los dineros producto de nuestros impuestos; para esto si tienen oficio. Para construir patria, solo pretextos.
Y del pueblo, esto es de usted, de mí, ¿qué les diré? Este pueblo, parece eternamente adormilado, extraordinario para celebrar, muy tímido para trabajar, fabuloso cuando se trata de llenar estadios y de gritar porras, pero incapaz de levantar la voz cuando se trata de luchar por sus ideales y derechos, increíble para solidarizarse con quienes hemos vivido tragedias naturales, pero incapaz de sumar poderosamente para salir adelante de la gran tragedia de la mediocridad; puros pretextos.
Y es que ¿saben? El pretexto es la herramienta del incapaz, la evasiva del inepto, el escape del incompetente, el instrumento del inútil.
Si algo nos ha sucedido es pretextar: o llueve demasiado y se pierde la cosecha o la seca es terrible y no se puede avanzar en el campo, o el que salió se robó el dinero y no puedo gobernar así, o la población no colabora y es floja, entre otros pretextos para disculparse.
Y el pueblo igual, la culpa la tiene el gobierno, mi familia, el calor, el tráfico, la inseguridad, etc.
Todos tienen la culpa de mi mediocridad, de mi inseguridad, de mi ineptitud, de que no progrese, menos yo, como me hacen sufrir.
Y es que no nos queremos dar cuenta que eso que llamamos problemas, no son más que obstáculos que nos separan del éxito y que al final se convierten en mis maestros, porque el que no aprende de aquello que le impidió conseguir lo que se había propuesto, entonces si tiene ante si un fracaso, en cambio quien analiza, aprende de sus errores sin minusvalorarse, replantea la estrategia, y refuerza su voluntad, reinicia con mejor estrategia hasta lograrlo.
Todo lo demás son pretextos.
Y para finalizar, cito esta bellísima exhortación que escribió una mujer menudita, muy frágil, pequeñita y muy humilde pero que jamás puso pretextos a sus ideales.
Teresa de Calcuta:
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Sigue aunque todos esperen que abandones.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
¡¡¡PERO NUNCA TE DETENGAS!!!
SE TÚ, VISUALIZA TU IDEAL, LANZA POR DELANTE EL CORAZÓN Y VE EN BUSCA DE ÉL.
El éxito te espera, cuesta trabajo, parece que nunca llegará, pero a todo esfuerzo, aguarda una recompensa.
¡¡¡ÁNIMO QUE SI SE PUEDE!!!



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