El trauma del divorcio y lo que viene después

Las rupturas de pareja causan mucho dolor, y más aún cuando terminan en un divorcio. Cuando dos personas deciden unirse en matrimonio, inician un proyecto en común que, esperan dure toda la vida. En la actualidad los divorcios son más frecuentes y la separación supone una etapa muy difícil de superar. Las personas experimentan un proceso de duelo, en el que deben acostumbrarse a vivir. Una nueva vida separados de la persona con la que han compartido tantos momentos.

El divorcio es una experiencia muy difícil, por eso algunos psicólogos catalogan este tipo de sufrimiento como “trauma postdivorcio”. Es la etapa posterior a la separación, hay gran intensidad de sentimientos y diversas reacciones emocionales que experimenta la persona afectada.

Entre las emociones y los fenómenos psicológicos que puede sentir el divorciado, destacan la humillación, el sentirse herido, el maltrato psicológico, la sensación de traición, los estados de ira, la depresión, la baja autoestima, la ansiedad y otros problemas del comportamiento, como por ejemplo, el consumo de fármacos u otras drogas como el alcohol.

El sufrimiento que esta etapa trae consigo a veces, no es posible superarlo solo. El psicólogo experto en terapia de divorcio es un profesional que puede aportar a los divorciados, las herramientas necesarias para adaptarse a esta nueva etapa de su vida con éxito. Superar el divorcio no es tarea fácil, porque el afectado ve frustradas sus expectativas de futuro con la persona a la que amaba.

Historia de un matrimonio.

Una película actual con varias nominaciones: Premio Óscar a la Mejor Película, Premio Óscar al Mejor Actor, Premio Óscar a la Mejor Actriz y más, es un claro ejemplo del tema en cuestión.

“Nicole (Scarlett Johansson) es una actriz que dejó una prometedora carrera en el cine comercial para trabajar en la compañía teatral de su marido Charlie (Adam Driver), un director de teatro en pleno auge del que ahora se está divorciando. Con una química aplastante y un hijo en común, la historia de amor de esta pareja se romperá por completo, llegando a tener incluso que recurrir a los abogados y tribunales para zanjar una vida en común llena de heridas abiertas. El cineasta Noah Baumbach se encarga de dirigir y escribir el guion de este drama protagonizado por Adam Driver y Scarlett Johansson. En esta película el director de teatro Charlie y su mujer Nicole, luchan por superar un divorcio que les lleva al extremo, tanto en lo personal como en lo creativo. Además de aprender a convivir para lograr una estabilidad en la vida de su pequeño hijo, nos pone a reflexionar sobre lo triste y doloroso que resulta un proceso de ruptura cuando la separación no es en sí por falta de amor, sino por las fallas en el entendimiento y por no valorar los intereses de la pareja. Nos deja pensando en el egoísmo que el protagonista mostró al pensar en él, en su crecimiento profesional y laboral sin apoyar a su esposa en sus deseos”.

En los casos en los que existen situaciones conflictivas como la batalla por la custodia de un hijo, se ven obligados a contratar abogados y muchas veces los hijos son sometidos a evaluaciones psicológicas y a confrontaciones para que se decida legalmente con cuál de los padres vivirá, y qué días verá al otro progenitor. Se habla de pensión, de condiciones, representa un gran desgaste emocional, un fuerte gasto y la vivencia que tendrán los dos al verse y saludarse aún con el dolor o molestia que esto implique. Luego vendrá la adaptación de todos ellos al nuevo modelo de vida. En la mayoría de las separaciones primero se da el divorcio psicológico.

El fin de un matrimonio, no se da en el momento de la firma del acta administrativa, sino se dibuja desde las etapas más tempranas del compromiso de la pareja. Las cosas sufren un deterioro paulatino e inconsciente que va desgastando la relación, inclusive antes de iniciar. A este desgaste inicial sin soluciones le denomino “divorcio psicológico”. Algunos disparadores del divorcio psicológico que deberíamos tomar en consideración son: la pérdida de la comunicación entre los esposos, los indicios de infidelidad o hechos consumados anteriores a la relación actual, las diferencias en el terreno de lo sexual (disfunción, frecuencia incompatibles, el nivel del grado de satisfacción con la pareja, etc.), enfrentarse a los problemas económicos cotidianos relacionados con la distribución del ingreso, el ser consumidor de drogas o alcohol, el maltrato físico o psicológico, la intromisión de las familias, el que uno de los dos cambie de ciudad por trabajo, la percepción o ilusión de escapar de la vida actual o la posibilidad de rehacer una nueva vida sin haber solucionado problemas personales anteriores, la diferencia entre los valores sociales de la pareja, tales como la educación, los ideales o proyectos de vida, etc.

Beneficios de la terapia de divorcio.

El divorcio puede traer consigo situaciones muy difíciles, porque cuando un individuo vive inmerso una separación, la autoestima queda dañada, así como la concepción que se tenía de su vida a futuro. El hecho de tener que adaptarse a una nueva realidad diferente a la planeada, no es fácil. La ayuda terapéutica es de gran utilidad para sanar las heridas emocionales de los primeros momentos de la separación, donde la negación, la ira, el temor y la depresión en distinto momento o de manera simultánea se presentan. Ser consciente de las etapas del divorcio es necesario para poder actuar y manejar este cambio de vida personal y familiar.

La terapia de divorcio apoya con herramientas psicológicas a los afectados, para que puedan recuperar el equilibrio emocional necesario para tener nuevas relaciones y saludables en el futuro. Es responsabilidad de ambos cónyuges salir adelante en estos momentos difíciles y el psicólogo sirve de guía para poder hacerlo de la manera más adaptativa. Aceptar el duelo que viene por la muerte del amor y que aparece como consecuencia del divorcio es el primer paso para la recuperación. Con el tiempo y la ayuda correcta, es posible recuperar de nuevo la estabilidad emocional.

Psic. Sara L. Campos Chavolla
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