¿QUÉ SENTIRÁ EL PRESIDENTE?

Por: Jesús Antonio Sibilla Oropesa


No puedo evitar preguntarme que sentirá el presidente Peña cada vez que sale de viaje a otros países, sobre todo a los de Europa y primer mundo en general.


¿Se dará cuenta de la gran distancia que nos llevan los países desarrollados?

Porque sus discursos presumiendo lo maravilloso que es nuestro país y las maravillas que su gobierno ha logrado, me dan que pensar.

Presume algunos avances logrados y soslaya todos los pasos que damos hacia atrás.

Si no se necesita mucho para darse cuenta de cómo hasta los países emproblemados de Europa tienen una mayor infraestructura y calidad de vida.

Basta pasear por sus carreteras sin baches y sin gente trabajando constantemente en reparaciones por realizar trabajos de mala calidad, porque lo hacen bien desde el principio, los túneles increíbles, los puentes que retan a la ley de gravedad y la imaginación.

Si no pueden pasar por arriba de la montaña, la atraviesan con un túnel, y si no pueden construir un puente construyen un túnel por debajo del mar o el rio.

La red de trenes de carga y de pasajeros es impresionante por el servicio que prestan y por la puntualidad y buen estado en que se encuentran.

Todas las carreteras perfectamente señalizadas, los conductores respetando en su gran mayoría estas señales, mucha consciencia cívica de un pueblo educado y consiente , la calles limpias, no precisamente porque las barran mucho, sino porque no las ensucian, en países en los que se aplica la ley, y si no los educan en casa a los ciudadanos, la autoridad lo hace.

Comparar nuestras carreteras con estas, sería burlarnos.

Que sentirá el presidente de México cuando recorre el campo de esos países que va a visitar y se encuentra con que no desperdician una hectárea y donde no siembran oliva, siembran pastura, o girasoles, o plantas de ornato, o uvas, o manzanas, o duraznos o peras y no solo siembran y venden la fruta, sino que además, con ellas, elaboran silos, jabones, los mejores vinos, aceites, conservas, quesos, mantequillas y a todo le dan el valor agregado y se sienten orgullosos de lo que producen y cuidan cada paso de su proceso de calidad de producción.

Que sentirá el presidente de nuestro país cuando al recorrer aquellos países con los que quiere alternar, se convierte en testigo de los interminables molinos de viento que producen energía eólica y kilómetros de paneles solares que producen energía emanada del sol sin contaminar el medio ambiente.

Que sentirá el Sr. Presidente cuando descubre a los millones y millones de turistas que visitan estos países para disfrutar no solo de sus bellezas naturales, su arquitectura, su cultura, sus museos, su comida, sino además su civilidad y saber que pueden caminar o andar en bicicleta por sus calles sin que algún troglodita al volante lo atropelle ya que el peatón tiene la preferencia siempre, saber que es difícil que los asalten roben y que si algo pasa, pueden confiar en la policía.

Que sentirá el presidente al constatar que por las calles de estos países existen muy pocos pobres pidiendo caridad e inspirando lástima y que ni en el campo siquiera se ven casuchas, como en nuestro país abundan.

Que sentirá el presidente cuando le platican que en estos países, se han hecho socios de las estaciones del año y cuando viene el verano y el calor le sacan todo el provecho a sus playas impecables y sin contaminación alguna y cuando viene el invierno la nieve se vuelve su aliada y el turismo llega ahora a practicar deportes de nieve y si el agua llega en gran cantidad, las presas y represas hacen su trabajo y orientan toda esa energía acuosa para su servicio y sus ríos y lagunas los aprovechan también para el turismo, el transporte acuático y el riego.

Que habrá sentido el presidente de todos los mexicanos cuando se enteró que el agua en estos lugares del primer mundo es potable, cristalina y se puede tomar de la llave y que en algunos lugares es gratis y que incluso la regalan en las plazas públicas para rellenar sus botellitas de plástico.

Que sentirá el presidente Peña al saber que en suiza las autoridades gubernamentales, municipales y legislativas andan sin guardias, ni seguridad, ni en sus casas, ni en sus transportes ni los edificios en los que llegan a desarrollar su actividad pública.


Se creerá cuando dice que en México vamos ganando la batalla contra el hambre y que hasta se da el lujo de dar consejos al presidente italiano para que también en el país de la bota lo logren.

Que sentirá Peña al saber que mientras el dólar se consolida y el euro pese a los problemas de algunos países miembros de la UE está cada vez más fortalecido.

Que pensará Peña Nieto al saber como les aplican la ley en otros países a los mandatarios y servidores públicos en general que roban o malversan dinero del erario público, mientras en el nuestro reina la impunidad, el amiguismo, el influyentismo y la prepotencia.


Bueno, creo que mejor primero pregunto: ¿el presidente Peña siente?

No se que sienta o piense el presidente, pero si se lo que yo siento:

Siento pena, impotencia, tristeza y vergüenza.
Siento que vamos hacia atrás.
Siento que lo mucho que tenemos no lo hemos aprovechado.
Siento que cada vez somos más parecidos gobierno y gobernados, eso es: corruptos y corruptores.

Pienso que hay un gran sector de machos que se siente muy superior a los otros pueblos que han progresado de verdad, pero que no es más que un complejo de inferioridad camuflajeado de gran parte de este pueblo mexicano.

Pienso que nuestros gobernantes no tienen conciencia ni vergüenza al habernos conducido hasta adonde hoy nos encontramos.

Pienso que quienes nos gobiernan salvo honrosas excepciones sigue siendo un grupo de egoístas, acomodaticios, ambiciosos a los que poco importa servir.
Pienso que gran parte del pueblo también se ha contaminado y se ha vuelto acomodaticio, egoísta, pedilón, corrupto, mentiroso, abusivo y gandalla.
Pienso que a unos y otros cada vez menos les interesa su prójimo.

Pienso que hay mucho abusivo y vivo que ve en la política una manera de vivir de los demás y no para servir de los demás, si no, díganme ¿por qué no hacen todo ese bien que dicen que quieren hacer sino hasta que logran una postulación política y con ello acceso al dinero público y porque estos mismos cuando llegan al poder te ignoran?


Que pena, cada vez nos rezagamos más del desarrollo internacional, y lo digo en relación al primer mundo porque luego el presidente hace comparaciones con quienes son notablemente inferiores a nosotros.

Me conformo con que los mexicanos sintiéramos el dolor y sufrimiento de nuestros hermanos mexicanos en desgracia y con que pensáramos de verdad en el bien supremo, en el de todos y dejáramos de sistemáticamente ver solo por nuestros intereses.

Aunque también vive en mi la esperanza al ver mexicanos que dan su máximo esfuerzo en su quehacer diario, hombres y mujeres que se dedican ayudar a los que sufren y menos tienen, gente honesta incorruptible y de una sola pieza.

Y también conservo la fe en que unos podremos todavía influir positivamente sobre los otros para que esto cambie de verdad.



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